Hunter:
Fin de semana equivale a: felicidad.
No tenía mucho que hacer en el castillo, por lo que salí a dar un paseo. Comí cosas raras, hice algunas bromas, reprendí a ciertas personas y cuando el sol comenzaba a ocultarse me fui a la playa. Era uno de mis lugares favoritos.
Estaba seguro de que en cualquier momento Belos enviaría a alguien a buscarme, si es que no lo había hecho ya. Noté que el sol comenzaba a ocultarse, por lo que el mercado nocturno abriría pronto y yo debía estar en mi puesto antes de eso. Tras unos segundos de indecisión subí a mi bastón para irme.
-Oye...¿tienes un minuto? -escuché una vocecita tras de mí, sonaba algo agonizante.
Me di la vuelta y vi a una...niña. Era más pequeña que yo, estaba enredada en ¿algas?, su cuerpo tenía manchas violetas en todos lados y parecía estar sola.
Ya me había pasado antes que la gente se hace pasar por indefensa para atacarme, pero esta vez, estaba alerta.
-¿Quién eres? -pregunté rápidamente, apuntándola con mi bastón-. ¿Y qué demonios haces aquí?
-Eh...bueno, es una larga, muy larga historia _contestó, luego de eso comenzó a toser-. ¿Te importaría...ayudarme?
Extendió una de sus manos para que la ayudara a levantarse. Hice una mueca de asco. Estaba cubierta de manchas, tenía la intuición de que antes las había visto, pero no sabía dónde.
-No voy a hacerlo -bufé y me di la vuelta-. Sólo me haces perder el tiempo.
Un taliamigo dragón grisáceo, se colocó frente a mí y comenzó a gruñir. Era muy pequeño para hacerme el mayor daño, pero era claro que podía morder. Estaban impregnados de magia salvaje; no me gustaban para nada.
Lo hice a un lado con el bastón y seguí caminando.
-¿Salvarle la vida a alguien...es una pérdida de tiempo? -volvió a decir.
Sus palabras hicieron que me diera la vuelta sin pensarlo y me detuviera a observarla: estaba herida. Se apoyaba en una de sus manos y con la otra presionaba una parte de su abdomen. Las manchas en su cuerpo era producto de un veneno, quizás provenientes de las propias algas, la mayoría solían ser venenosas.
-¿Cómo... pasó esto? -murmuré y di un paso hacia ella-. ¿Estás sola? Eres muy...pequeña, ¿qué edad tienes?
Las últimas preguntas las hice con algo de ironía. Sí, me burlaba un poco, pero en el fondo me preocupé por lo que veía. El taliamigo adoptó una forma inmóvil y se convirtió en un bastón, con el que ella se ayudó para levantarse.
-Sí, soy bajita, ¿y qué? -dijo rodando los ojos-. Tú no estás muy lejos de ello tampoco. No te fijes en apariencias.
-De acuerdo, te pusiste de pie, puedo irme -suspiré para darme la vuelta-. Creí que estabas más gr-...
-Espera, aún no se cumple el minuto completo -murmuró, ahora su voz sonaba más grave y firme-. Hagamos un trato, ¿te parece?
-¿Qué clase de trato?
-Tú me ayudas, me mantienes a salvo hasta estar totalmente bien, y yo...-lo pensó un poco, cómo si lo que fuese a decir le doliera-. Me uniré a tu aquelarre y cumpliré tus órdenes, ¿bien?
Lo pensé un poco. La miré de arriba a abajo de nuevo y me decidí.
-No creo que sirvas de algo -pronuncié con arrogancia-. Ya tengo suficientes trabajadores.
-Pero, estoy segura de que, si yo muero aquí, eso quedará marcado en tu conciencia, ¿verdad? -volvió a decir en el mismo tono de antes-. Pongámoslo así: Si no me ayudas, me encargaré de atormentarte el resto de tu desagradable vida.
-¡¿Te atreves a amenaz-...-casi grité con furia, pero me interrumpió.
-¿Al Guardia Dorado?, ¿mano derecha del Emperador? -se rió-. Sí, sí me atrevo. Tranquilo, seré un buen fantasma, pero te aseguro que no quieres uno y yo no quiero morir.
Dió unos pasos con esfuerzo, hasta estar tan cerca para encararme. Me puse nervioso de repente, mi enojo se intensificó pero no fui capaz de moverme.
-Entonces, te preguntaré de nuevo
-susurró, y de nuevo sonó indefensa-. ¿Te importaría ayudarme?Retrocedí. Desvié la mirada y lo pensé de nuevo. ¿Me pedía ayuda, me amenazaba y luego hacía como si nada?, ¡¿quién demonios se creía?! Estaba realmente enojado. Pero, algo llamó mi atención: fuera de Belos, ninguna otra persona se había atrevido a hablarme de esa forma, era interesante que tuviera las agallas de ello. Era interesante el hecho de que, en vez de obedecer, me desafiara. Sonaba divertido.
Me volví a ella de nuevo.
-Espero sirvas para algo, niña -contraataqué y comencé a caminar.
-No te vas a decepcionar -respondió.
Me siguió con cierta dificultad. En el momento no me pregunté la razón exacta de por qué accedí. No me pregunté lo que le diría a Belos ni cómo haría para mantenerla oculta. No me pregunté las consecuencias que vendrían a partir de ese momento. Esos fueron mis principales errores.
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¡Hellowiiiiii!
Me disculpo si el cap es suuuuuper cortito, pero prometo que los siguientes estarán mejores:(.Les agradezco mucho leer,
me hace muy, muy feliz<3.¡Arigatou! 🤍.
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Yin-Yang | The Owl House
Teen FictionDos polos opuestos que se complementan a la perfección. Hunter, Guardia Dorado y mano derecha del Emperador Belos, aparentemente llevaba una vida normal y completa, en sus pensamientos no existía cosa alguna que le faltara. Pero pasaba por alto el...