cap 3: el edificio de justicia

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Alivio, pero miedo, eso era lo que sentía en este momento, también impotencia y agradecimiento todo eso junto en una chica de ni 40 kg. ¿ De quien era esa voz tan grave? Supongo que lo descubriré en unos momentos. Me di cuenta de que había una mano sobresaliendo en el fondo y un chico que aparentaba unos dieciocho años se estaba acercando, era alto, corpulento y tenía el pelo marrón oscuro, era el hermano de Nate, no tengo ni idea de por que se presentó a la cosecha, ¿ Por una apuesta? No creo, ¿Por pena? No lo veo probable, ¿ Porque se acuerda de mí? No es posible.

– El del fondo, por favor, acérquese  aquí. – Mientras se iba acercando, todo el mundo empezó a cuchichear y yo miré a Wyatt y a Luke, estaban tan, o incluso más, perplejos que los demás. Cuando llegó, James le preguntó su nombre.

– Haber, ¿como te llamas?

– Michael Brown.

– ¿Por qué me suena tanto tu apellido?

– Porque mi hermano salió elegido el año pasado en la cosecha

– Muy bien, continuando con la traición familiar, nos dijeron desde el capitolio que llenásemos espacio, que vamos adelantados, así que,  Willow, ¿ Que nos puedes contar de tí?

– Mi madre me tuvo a los diecisiete años y a mi hermano a los diecisiete, el año siguiente fue elegida en la cosecha, quedó casi entre las últimas, sin matar a nadie, Enobaria la mató sin piedad. Mi padre murió tres años después,  nos quedamos al cuidado de la mejor amiga de mi madre.

– ¿ Algo que decir al resto de Panem?

– No, ya se lo diré a Caesar Flickerman

– Muy bien, un gran aplauso para los tributos del distrito 9, daros la mano.

Nos llevaron a dentro y nos dijeron que teníamos una hora para despedirnos, los primeros que vinieron fueron Luke y Wyatt.

– Vas a ganar – Dijo Luke nada más entrar, llevaba un pantalón corto negro y una camisa verde, que le hacían conjunto con sus ojos, tenía el pelo marrón, ni claro ni oscuro – Tienes que ganar.

– No me veo matando a gente, Luke, y para ganar, por lo menos, a uno tengo que matar.

– No, ¿No te acuerdas de hace dos años? Annie Cresta no mató a nadie, ganó porque era la única que sabía nadar, una ventaja de su distrito.

– No hay nada que yo pueda hacer que no vaya a poder hacer otro tributo.

– Sí, cortar un espantapájaros verticalmente con una hoz.

– ¿Por qué creeis que se presentaría el hermano de Nate? – dijo Wyatt, que llevaba un pantalón largo blanco y una camiseta negra, a juego con su pelo, tenía los ojos azules.

– Ni idea.

– Ya pasó el tiempo – dijo un agente de la paz – vosotros dos, tenéis que iros ya.

– Adiós, chicos, esperemos volver a vernos. – Dije, con lágrimas en los ojos.

– Chao

– Claro que nos volveremos a ver. – dijo Luke, después se fueron.

Dos minutos después, llegó Tyler, llorando.

– Hola. – Le di un abrazo, – Voy a estar bien, vale, voy a intentar ganar, vamos a hacer un trato, si tú prometes no rendirte, yo prometo intentar ganar, ¿ te vale?

– S-si.

– Dame un abrazo, oye, ¿ Te acuerdas de las canciones que nos cantaba mamá?

– Sí, eran preciosas.

– Te apetece que intente cantar una?

– Sí, por favor.

Empecé a cantarle la canción que nuestra madre nos cantaba para dormir, Aileen me contó que mi madre le dijera que ella no era del 9, que ella había escapado del 12 con su madre cuando sólo era un bebé porque allí la vida era horrible, pero supongo que en el 12 hay más música que en el nueve.


Al acabar la canción, los agentes de la paz dijeron que Tyler se tenía que ir y nos despedimos después de prometerle otra vez que intentaría ganar.

También vino a verme la madre de Nate, para decirme que siente lo que me está pasando, o más bien para suplicarme que le dejara ganar a Michael.

– Siento mucho lo de sus hijos pero eso no va a ser posible, señora Brown. Tengo menos posibilidades de ganar que Michael y no las voy tirar por la borda sacrificandome por el, lo siento.

– Buena suerte – dijo antes de irse.

– Ya ha pasado la hora, por favor venga con nosotros.

Los juegos del hambre de WillowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora