SKZ ONE SHOTS

SEUNGMIN

Los rumores de que eras una rompecorazones nunca cesarían, no te importaba a ser sinceros.

¿Por qué? Fácil. Porque era verdad.

Por fuera no lo parecías, pero sí lo eras. Y seguías tus cuatro reglas a rajatabla.

Regla número uno. Te tienes que divertir, pero cuando termines tenías que ser la primera en irse.

Te levantaste de la cama, te cambiaste, peinaste tu cabello con los dedos. "¿Te vas?" Miraste a Seungmin en la cama solo tapado de cintura para abajo con las sábanas.
"Tengo cosas que hacer, adiós" Y saliste de aquella habitación de hotel. Sonreiste para ti misma en el ascensor, había sido una noche divertida, una de muchas.

Regla número dos. Nunca te encariñes demasiado con alguien a quien podrías perder.

"¿Quieres desayunar con nosotros, amor?" Preguntó el chico mientras se limpiaba las manos con papel de cocina. Miraste la comida que había en la mesa, huevos revueltos, bacon y zumo de piña. Querías quedarte y desayunar, pero no podías, porque sabías que te encariñarias con él, y no podías hacerlo, ibas a seguir tu norma número dos hasta el fin de tus días. Negaste con la cabeza "Lo siento, cariño, pero he quedado con unas amigas en una cafetería, otro día será" Dijiste para después darle un beso en la mejilla e irte de su casa.

Regla número tres. Usa tu corazón en tu mejilla, pero nunca en tu manga, a menos que quieras saborear la derrota.

No ibas a perder en tu propio juego, nunca te lo perdonarías, así que con tu corazón en tu mejilla, le dedicaste una sonrisa resplandeciente y os despedisteis con la mano mientras te subías a tu coche.

Regla número cuatro. Te tenías que ver pura, darle un beso de despedida en la puerta y así dejarlo queriendo de más.

Llegasteis a la puerta de tu casa después de la primera cita, antes de abrir la puerta te diste la vuelta y besaste los labios de Seungmin, él respondió el beso inocente, pero cuando las cosas estaban subiendo de temperatura, supiste que tenías que separarte. Le sonreiste y abriste la puerta, entraste a tu piso y la cerraste, te apoyaste en esta y tu sonrisa se intensificó al saber que le habías dejado con ganas de más.

Sabías que a los hombres les gustaba un poco de peligro, hacías que los hombres se enamoraran de una extraña, de una jugadora nata, cantando un "Te amo"

Con esas normas, te convertiste en una
rompecorazones. Aprendiste que a los hombres les gustaba la apariencia del peligro, solo tu hacías que cantanran un "Te amo" a todo pulmón. Y claramente Seungmin no fue una excepción.

Harías lo que sea necesario con tal de que no se rompa tu corazón en dos, así que era mejor ser falsa, no podías arriesgarte a perder en el amor otra vez.

Seungmin se dio cuenta tarde de que eras una rompecorazones, no sabía si le dolía o si le decepcionaba. Pero por alguna extraña razón, él creía que no fue el único que cayó en tus encantamientos. Y tenía razón.

El primero en caer fue Jeon Jungkook.

Luego fue Nishimura Riki, o mejor conocido como Niki.

Después Choi Soo-bin.

El número cuatro fue Jay Park.

Y más hombres de k-pop.

Pero tu nunca te sentiste culpable, ¿por qué deberías? No tendría sentido, porque te sentirías culpable de disfrutar tu vida sexual estando soltera.

Y cuando el chico te pidió explicaciones, tus palabras fueron claras:

"Tu y yo no éramos pareja, Seung, solo teníamos sexo unas tres veces a la semana, ¿por qué debería darte explicaciones? ¿Por disfrutar de tener sexo estando soltera? Mhm, no." Fue lo último que dijiste antes de salir de su casa. Seungmin sabía que tenías razón, pero realmente le gustabas.

Esa fue la última vez que hablasteis directamente, aun que para Min era incómodo cuando vuestros grupos aparecían en un programa, para ti no lo era.

Un poco corto pero ya que. Quería intentar que se pareciera lo máximo posible a la canción.