Hace algunos meses, cuando todo estaba oscuro, no podía imaginar que el sol volvería a salir en mi vida. Era incapaz de confiar en las personas después de todo el daño que me han hecho. No sabía que volvería a levantarme una mañana de domingo y no me saldría rabia, que dejaría de romper lapiceros en la última letra de tu nombre y los sustituiría por los de las personas que me quieren.
No quería perderte. Ni quiero. Y lo digo en serio. No quiero hablar con nadie más por las noches, ni durante el día. No quiero a otra persona que me agarre la mano bien fuerte cuando estoy llena de miedo o de preocupación, que no seas tú la persona a la que contarle mis problemas y mis alegrías. No quiero que nadie más me diga cosas bonitas ni que me provoque mariposas con tan solo mirarme. Ni que me abrace fuerte un día cualquiera. No quiero a nadie más que no seas tú, pero que si lo tengo hacer, lo hago, porque eso significará que no eres el correcto.
Y la vida cada vez me pone más señales para que me dé cuenta. Que 8 años de contacto cero no han servido para nada, porque siempre vuelves.
Te he dado todo. Te he regalado todas mis sonrisas, y he guardado otras para cuando más lo necesites. Porque sé que tú también tienes tus días malos. Te he dado abrazos cuando lo pedías. Y cuando no, también. He permanecido en silencio a tu lado cuando no querías escuchar ni una sola palabra, cuando solo necesitabas compañía, como está pasando ahora. Incluso estuve ahí cuando ni tú mismo estabas. Y he intentado acortar la distancia siempre que he podido. Imposible.
Pero como siempre, aparece otra persona mejor.
Muchas veces me has dicho lo borde que parezco pero nadie mejor que tú sabe que esa es mi forma de ser y que en el fondo soy más tierna de lo que deberia, que es solo una armadura para que no me hagan daño. Y aún así siempre consigues atravesarla y dañarme. Más de una vez me has dicho que no me haga la dura y te diga te quiero pero, ¿para qué?, ¿para que luego hagas como estás haciendo ahora?
Te di tanto que ahora creo que me arrepiento. Se me han escapado alguna que otra lagrima, he pasado noches enteras sin dormir teniendo examen al dia siguiente para saber si estabas bien. He estado en tus malos momentos y aquí sigo aunque no debería.
Han habido malas palabras. Algún genio, malos modos tanto de tu parte como de la mía. Te hice sacarte de tus casillas y decir cosas que a veces ni pensabas.
Hoy estoy bien, mañana también, lo más seguro. Y puede que pasado tenga ganas de mandar todo lejos. Pero no puedo hacer nada.
Papatya 🌼
