¿Alguna vez habéis tenido la sensación de estar rodeada de gente a la que consideráis amigas o amigos pero que la vida te manda señales demostrándote que son más conocidos que otra cosa? ¿Sabéis una cosa muy importante que me ha enseñado la oposición?
Mucha gente puede pensar que he aprendido muchas cosas, nuevos términos, a superarme, etc.
Pues bien, a parte de todas estas cosas también he descubierto que estoy rodeada de gilipollas y que aquellas personas a las que yo consideraba amigas o amigos más bien son conocidas/os.
Eran muy conscientes del momento por el que estaba atravesando, de lo importante que es para mí poder dedicarme a aquello por lo que llevo luchando toda mi vida. Pues no he recibido ningún mensaje de buena suerte, ni como estás, cómo ha ido, un no pasa nada, si no es ahora podrás con ellos en otro momento. Un estamos contigo en las buenas y en las malas.
Me he pasado semanas viendo cómo compañeras opositoras eran recibidas con ramos de flores, desayunos personalizados, cenas, quedadas, planes divertidos... Y sinceramente, cualquier cosa material me da igual, lo único que esperaba era un mísero mensaje donde mostrarán un mínimo interés y no lo he encontrado. Luego yo soy la gilipollas que se pasa el día preocupada cuando ellas tienen algo importante.
Si no fuera tan difícil empezar desde cero, muchas veces me dan ganas de coger un tren y cambiar mi vida por completo, conocer gente nueva.
Lo peor es que estas personas son las que luego se ofenden cuando conoces gente que si que te ofrece ese apoyo y ese hombro para llorar y prefieres quedar con ellas antes que ir donde no te valoran.
Personas que he conocido en los últimos dos años me han demostrado que si formo parte de su círculo, personas que han estado presentes desde el inicio de esta montaña rusa. Y al final son las que merecen la pena.
2024 me está abriendo los ojos.
Papatya
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