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El sujeto está estable, designado #1322.
Abnormalidades neuronales claras detectadas en su última revisión. A pesar de ser irregular, lo extrajimos de Hogar Dulce Hogar antes de apagar las luces para probar...

¿Qué le haces a mi amigo?

¡Eh! ¿Qué haces despierto? ¿Cómo entraste aquí?

¿Kevin está enfermo...? ¿Por qué te lo llevaste...?

Él... yo... sí, Kevin está muy enfermo, demasiado enfermo. Queremos que se mejore, pero solo va a mejorar si lo llevamos a donde podamos dar el cuidado apropiado y si descansa apropiadamente.

Crees... ¿Que se va a mejorar?

Así será, somos buenos en lo que hacemos, hijo. Prestamos atención en la escuela, aprendimos y dormimos cuando lo necesitábamos, como tú lo necesitas ahora, diría yo, vamos, vuelve a tu cama.

O-okay...

Fue un placer conocerte, Joseph. Y te prometo, tu amigo estará bien, cuando vuelvas a verlo, nunca habrá estado mejor.

⊱⋅ ────── ❴ 『✧✦✧』 ❵ ────── ⋅⊱

Dogday estaba en su habitación, recostado en su cama, sintiéndose preocupado por su amigo Catnap. Quería asegurarse de que estuviera bien, ya que era el único de los Smiling Critters que tenía una tarea nocturna y estaría solo. Se debatía entre salir de la habitación para buscarlo y hacerle compañía durante la noche, o quedarse para evitar ser reprendido por sus superiores. Sin embargo, algo en su interior lo impulsaba a salir a buscarlo. Decidido, se levantó de su cama y tomó una linterna antes de salir en busca de su querido amigo.

Por otro lado en Hogar dulce Hogar, un grito resonó en el lugar. Era el niño que intentaba escapar, gritando mientras huía de algo grande que iba tras él, emitendo gruñidos. Las cuidadoras se encontraban petrificadas de miedo en una esquina de las habitaciones, sin atreverse a interferir ante la presencia de aquella criatura horrorosa suelta en el lugar. Los niños seguían durmiendo profundamente debido al humo de amapola que aún persistía en el ambiente. Catnap estaba fuera de control, su instinto primario era atrapar al niño para dormirlo. El pobre niño continuó corriendo hasta que cayó por unas escaleras, quedando tendido en el suelo, temblando y sollozando en pánico al ver a la criatura acercándose lentamente, expulsando de sus oscuras fauces el humo de amapola.

El niño lentamente dejaba de sollozar hasta quedar dormido. La criatura acercó su gran boca para agarrarlo del polo cuando fue iluminado por una luz tenue. Se alejó y volteó con una fría mirada penetrante hacia la persona que estaba ahí, pero su sorpresa fue al ver a Dogday parado completamente aterrado. Todo su cuerpo temblaba sin parar y emitía pequeños chillidos de perro asustado.
Catnap, sin pensarlo, agarró al niño del polo y salió corriendo del lugar, sus pisadas haciendo retumbar las paredes y los pisos. Dogday se quedó en el mismo lugar al ver a aquella criatura irse con el niño. No sabía lo que estaba pasando; aquella criatura se parecía de cierta manera a su amigo, pero estaba tan asustado que salió corriendo del lugar.

Mientras corría, escuchó nuevamente esas pisadas y gruñidos acercándose a él. Sabía que ahora esa criatura venía por él, y eso lo aterraba. Sus piernas eran pequeñas, por lo que no podía correr tan rápido, y la luz de su linterna no alumbraba tan bien el camino. Tropezó con unas cajas de juguetes de niños y cayó al suelo, sintiendo el pánico apoderarse de él mientras la criatura se acercaba cada vez más.
Dogday yacía inmóvil en el suelo, aterrorizado. Había intentado levantarse pero sintió algo sobre él que se lo impidió. No se atrevía a abrir los ojos, quedándose paralizado por el miedo.

Amor en los límites del caosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora