Todo el mundo odiaba los lunes, pero el único día de la semana que Jennie Kim verdaderamente odiaba era el miércoles.
¿Por qué?, bueno, porque tenía clase de deportes. Y ese no era el problema, el problema es que tenía que recibir esa clase con los alumnos del aula b (que además, eran todos mayores que ella), lo cual significaba una cosa:
Recibir clases con el imbécil de Oh Sehun.
Caminó hacia los vestidores con desgano, sacó de su bolso su uniforme. Miró a todos lados esperando que no hubiese nadie para poder cambiarse, al comprobar que era así deslizó sus jeans por sus piernas y luego se puso sus pantalones cortos de gimnasia.
Luego quitó su camisa negra y se puso la del uniforme, la cual le quedaba considerablemente holgada. Se puso las zapatillas deportivas que debía usar y luego guardó su ropa en un casillero. Tomó su botella con agua y salió de los vestidores.
A pesar de la incomodidad de compartir clase con Sehun, sonrió inevitablemente al recordar el nuevo intercambio de notas que tuvo ese día con ''9¾''
Ese día (con toda su fuerza de voluntad), no se comió las gomitas y por otro lado las guardó en su mochila. Tenía la nota que venía en la bolsa de gomitas:
❝No me molesta la forma en que me hablas y me tocas accidentalmente cuando estamos solas,
puedes tomar mi mano si no hay nadie alrededor.
¿Quieres saber la verdad?
Oh Jennie, soy un desastre sin ti❞
—9¾
Jennie sonrió estúpidamente al ver nuevamente la nota.
Fue con tranquilidad hasta el campo de deportes, allí estaban los estudiantes del grupo b. Sehun estaba riéndose de algo con sus amigos, pero la mirada de Jennie se desvió hasta Lisa; la cual corrió hasta ella con una sonrisa.
Por un momento, Jennie juró que se hipnotizó con los cabellos dorados de la chica recogidos en un moño y sus ojos azules brillando haciendo una hermosa armonía con su cabello y la luz del sol.
Agitó la cabeza y se acercó por igual a Lisa.
—Hola Jennie—saludó Lisa con dulzura, la castaña no supo si sus mejillas se sonrojaron por el sol o por la presencia de Lisa. Más no le dio mucha importancia.
—Hola Lisa, ¿Como estás?—contestó Jennie, la cual se balanceo suavemente en su lugar de forma inconsciente.
—Bien pero, uh, no me gusta compartir clases con ellos—Lisa señaló de forma disimulada al grupito de Sehun.
—Pensé que era la única—confesó Jennie cubriendo su boca al reír.
—Bueno, como sabes la clase es libre luego de hacer las diez vueltas a la cancha. Si quieres tu y yo podemos hacer algo juntas, ¿no?—propuso Lisa, ligeramente tímida— No sé, podríamos jugar con uno de los balones de volleyball. Son más livianos que los de básquetbol.
Los ojos de Jennie parecieron iluminarse ante la propuesta.
—Dios, si por favor. Estoy cansada de quedarme todas las clases jugando sola y lidiando con Sehun—Jennie se quejó, cruzando sus brazos por sobre su pecho.
Lisa asintió con una sonrisa comprensiva.
—Entonces ven, damos las vueltas a la cancha y luego vamos a por el balón ¿Te parece?—preguntó Lisa, disfrutando de ver los ojos de Jennie echos una media luna al sonreír.
ESTÁS LEYENDO
Gummy and Notes.
RomansaLalisa Manoban era un dulce desastre, tan dulce como los dulces y cartas que siempre dejaba en el escritorio de la chica que se robó sin querer su corazón, porque un destino con Jennie Kim debía saber a caramelos.