Blas Polidori.

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25 de diciembre de 2023.

Ya había pasado más de 30 minutos de que había comenzado la navidad, yo estaba en mi habitación arreglándome para salir, ya que Ismail, un amigo mío de hace un par de años, nos había invitado a su casa a tomar algo antes de salir a algún boliche de por ahí.

Temprano me había puesto un vestido tranquilo, porque iba a estar con mi familia un rato, pero ahora me estoy arreglando con un top junto a una blusa oscura y transparente, un jean negro y unas zapatillas del mismo color, junto a una chaqueta de cuero de abrigo. Retoqué mi maquillaje con mi delineado, rímel y mi labial.

Ahora ya estaba lista, me tomé un par de fotos y esperé a que Ismail pase por mi, ya que me daba miedo ir en un uber yo sola, así que le pedí si por favor podía pasar a buscarme antes de ponerse a tomar.

Unos 15 minutos después llegó, guardé mis cosas, me perfumé rápidamente, me despedí generalmente de mi familia con mis manos y me subí al auto de el morocho.

— Hola, feliz navidad. – me acerqué a él proporcionando un pequeño beso en su mejilla como saludo, él respondió igualmente.

En el camino a su casa estuvimos hablando sobre las personas que habrían en la casa, habían un par de amigos de él que conocía ya que a veces solíamos compartir grupos de amigos, pero ahora invitó a otras personas que no conocía, no me ponía nerviosa, solía llevarme bien con bastantes personas.

Al llegar a su casa, me bajé del auto agradeciéndole otra vez por traerme. Me dirigí hacia la puerta de la casa, abriendo esta y dejándome ver a bastantes personas adentro de la casa, algunas bailando, charlando, y la música estaba alta con sus luces apagadas, dejando solamente una luz de decoración que solían usar en las fiestas.

Algunas caras me eran conocidas, así que comencé saludando a estas y terminando por presentarme generalmente con los demás.

Después de un rato hablando con un grupo de personas y bebiendo quién sabe qué, caminé a la barra de la cocina, la cual estaba vacía, a preparar mi propio trago. Tomé las cosas necesarias y armé un fernet, rezaba que quedase rico para compartirlo, lo probé, estaba bien.

Salía contenta de la cocina hasta que un chico súper altísimo apareció en mi vista, me hizo asustar y así tirando un poco mi bebida al piso.

— ¡Perdoname!, ¿te manché? – dejé el vaso en la barra y tomé una servilleta de papel para acercarla al chico, me miraba curiosamente con una sonrisa y el olor a cerveza y gancia que desprendía se podía oler a metros, estaba segura.

De lo que también estaba segura es que en la entrada no lo había visto, capaz había llegado tarde.

Soy Blas, ¿vos? – Preguntó amistosamente, aún sin haber respondido mi pregunta, por las dudas le pasé la servilleta.

Cassiana, decime Cass. – Le respondí de la misma manera, otra vez agarré mi intento de vaso con una botella con más cuidado y le di un trago. – ¿Querés?

— Dale, gracias. – Agarró el plástico entre mis manos y le dio un gran sorbo. – Riquísimo, 10 de 10.

— Gracias, me recibí de bar tender. – Lo jodí guiñando un ojo.

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⏰ Última actualización: Feb 13 ⏰

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