Capítulo 2

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Cuatro meses transcurrieron desde que Boruto llegó a Uzushiogakure y ocho desde que había desaparecido de Konoha. Durante ese tiempo, Himiko lo había sometido a un entrenamiento infernal, desafiando sus límites y empujándolo más allá de lo que alguna vez había experimentado.

Ella había notado que Boruto era alguien que no se esforzarse hasta el límite. Tenía talento, demasiado a su parecer. Pero estaba limitado por no esforzarse hasta el cansancio.

Eso cambiaría ahora que estaba bajo su cuidado.

Los días estaban llenos de intensas sesiones de combate, entrenamiento físico y desarrollo de habilidades shinobi. Boruto se encontraba constantemente en el filo de sus capacidades, pero cada desafío superado fortalecía su determinación.

Aunque el entrenamiento era riguroso, Boruto empezaba a notar mejoras significativas en sus habilidades. Himiko, con su enfoque meticuloso, estaba guiándolo hacia un crecimiento constante como shinobi.

En el primer mes, Himiko decidió empezar desde cero. Comenzaron con el control de chakra, una base fundamental para cualquier shinobi. Himiko se aseguró de que Boruto dominara esta habilidad antes de avanzar.

Boruto no tenía las grandes reservas de chakra que tendría un Uzumaki. Pero haría que tuviera un control absoluto sobre este, para que no gustara en exceso su Chakra al realizar cualquier tipo de jutsus.

Comenzaron con ejercicios básicos para desarrollar su capacidad de sentir y manipular su propia energía espiritual. Algo que de por sí ya sabia.

Le enseñó a a visualizar y concentrar su chakra en diferentes partes de su cuerpo, controlando la cantidad y la intensidad según fuera necesario. Trabajaron en técnicas para afinar su control de chakra, desde mantener un flujo constante hasta modular la fuerza y precisión de sus jutsus.

A través de repetición y práctica constante, Boruto comenzó a sentir una mejora significativa en su habilidad para controlar su chakra. A medida que avanzaba en su entrenamiento, adquiría una comprensión más profunda de cómo utilizar eficazmente su chakra en diversas situaciones de combate y aplicaciones prácticas.

Himiko continuó desafiando a Boruto con ejercicios más avanzados para expandir sus límites y perfeccionar su dominio sobre el chakra.

Por ejemplo: sostener una hoja sobre su cabeza, caminar sobre una cascada, también balancear un senbon. Muchos dirían que esto era más fácil, a la hora de ser un objeto pequeño. Pero entre más pequeño sea el objeto, más difícil será de manejarlo. Después del senbon, a la arena. Siendo que Boruto tenia que separar las diferentes piedrecitas. Ese era el ejercicio más complicado.

Además de perfeccionar su control de chakra, Himiko diseñó un programa de entrenamiento específico para aumentar las reservas de chakra de Boruto. Reconociendo la importancia de tener una cantidad adecuada de energía espiritual para enfrentar batallas prolongadas y desafíos intensos, se centraron en mejorar la resistencia y la capacidad de chakra de Boruto.

Implementó una serie de ejercicios de respiración y meditación que ayudaron a Boruto a expandir y fortalecer sus reservas de chakra. Estos ejercicios no solo aumentaron su capacidad para almacenar chakra, sino que también le permitieron recuperarse más rápidamente durante y después de las batallas.

Además, incorporó entrenamiento físico intenso para fortalecer el cuerpo de Boruto y mejorar su resistencia general. Correr largas distancias, practicar técnicas de combate y participar en ejercicios de resistencia ayudaron a Boruto a desarrollar una base física sólida que complementaba su crecimiento no solo físico también de forma
espiritual.

A lo largo de este proceso, Boruto experimentó un aumento gradual en sus reservas de chakra y una mejora en su resistencia general. Se volvió capaz de mantener técnicas más avanzadas durante períodos más largos y enfrentar desafíos prolongados con mayor confianza y resistencia.

Boruto y El Renacer De Uzushiogakure Donde viven las historias. Descúbrelo ahora