Unión

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Peter despertó por los rayos del sol saludándolo desde su ventana, bostezo estirando sus extremidades y volvió su somnolienta mirada al vacío al lado contrario de la cama, extrañando las formas dormidas de sus amados Alfas que partieron temprano a la mañana a encontrarse con el esposo de su mejor amigo Barry, Oliver Queen, jefe de la mafia rusa y aliado de sus Alfas.

Sus Alfas debían alistarse para su boda y esperar antes de las 12 AM en la capilla palatina de Palermo situada en Sicilia, el país natal de Tony.

El Omega aún no podía creer que se casaría con sus amados destinados, sentía como si estuviera en un sueño del país de las maravillas.

Hermosos recuerdos invadieron su cabeza sacando una sonrisa del Omega, no podía esperar para formar una gran familia con sus Alfas. Ya podía imaginarse a sus cachorros compartiendo las características de sus padres, así como sus Alfas serían padres maravillosos, cuidando y asegurándose que su adorada familia permaneciera protegida.

Un golpe en su puerta saco de su ensoñación al gatito, su querido amigo conejo entró en la habitación con una gran sonrisa y una bandeja de desayuno en sus manos.

"Levántate y brilla, bella durmiente, debes alistarte para tu boda." Barry acomodo la bandeja en la mesita de noche antes de sentarse en la cama junto a su amigo.

"Puedo verte nervioso por tu gran día, pero debes saber que tus Alfas te aman demasiado y no se van a echar para atrás al último momento." El ojiverde entrelazó sus manos con las del contrario, acariciando las manos de su amigo gatito para que calmara sus nervios.

"Lo sé, Bear, es solo… no puedo creer que voy a casarme con unos maravillosos hombres. Nunca me había sentido tan feliz y pleno en mi vida, no quiero estropearlo." Peter confesó, sus orejas aplanadas y mejillas rojas por la vergüenza.

"Tonterías, vas a hacer de todo menos estropearlo, querido. Es normal estar nervioso, al menos no tuviste un ataque de llanto antes de ir a la iglesia como yo lo tuve. ¿Recuerdas que de tanto llanto llegué con los ojos hinchados en el altar junto a Oliver?" Ambos Omegas al recordar ese suceso se rieron.

"Si, lo recuerdo, te veías precioso con tu vestido, Oliver rompió su fachada de mafioso duro al verte llegar y comenzó a llorar como un bebé." Peter dijo entre risas.

"Si, si, y te puedo asegurar que pasará lo mismo con tus Alfas." Barry guiño un ojo antes de levantarse. "Bueno, cariño, menos charla y más movimiento, hoy debes brillar más que una estrella."

Los Omegas se pusieron manos a la obra, duchándose y arreglándose. Barry ayudo a vestirse a su amigo Omega, maquillarlo y peinarlo, esponjando los rizos castaños para hacerlo ver aún más inocente antes de colocar el velo sobre la cabeza de Peter y lo observó atento alisando el vestido de novia.

Barry dio un paso atrás para observar al Omega delante suyo, Peter se veía angelical con su vestido blanco escotado en un corte mariposa, adornado por perlas que brillaban a la luz del sol, el velo que caía como cascada por debajo de sus hombros y su cara oculta tras ella.

"Te ves hermoso, Peter." Barry sonrió tan feliz por su amigo.

"Gracias Bear, nadie podría haberme ayudado mejor que tú." Peter le devolvió la sonrisa al ojiverde, volviéndose hacia un espejo de cuerpo entero maravillado de lo bello que se veía. "Nunca me había visto tan bonito."

"Patrañas, siempre te ves bonito." El conejito protesta besando la mejilla de Peter.

Antes de que pudiera responder de vuelta, otro golpe en la puerta se oyó.

"¿Esperas a alguien más?" Barry cuestionó confundido a su amigo gatito.

"Lo más seguro es que son los guardaespaldas que nos llevarán a la capilla." El gatito le restó importancia acercándose a abrir la puerta, chilló al ser empujado por un hombre alto y musculoso que para nada se parecía a uno de los guardaespaldas de sus Alfas.

Gatito enamorado [Ironspidershield]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora