- Vamos a la habitación, Penelope se ha ido a por un café.- Por lo que había dicho, supuse que aquella tal Penelope era la compañera de habitación de Madison, la que me había dicho que estaba loca.
Entramos a la habitación 577. Era igual que la nuestra, solo que en esta habitación se podían encontrar unos cuantos posters de alienigenas sobre la cama de la compañera de Madison. Además, en la mesita de noche al lado de la cama, había puesto un despertador con forma de ovni.
- ¡¿Lo ves Lini?!- Dijo mi amiga un poco fuera de sí. Aunque me pareciese un poco raro la tenía que tranquilizar, al final, no podía ser tan malo.
- Tranquila Madison. Seguro que Penelope habrá visto demasiadas películas de extraterrestres y le gustaran mucho, seguro que al final os llevais bien y todo.- Traté de explicarle con una ligera sonrisa, aun así, no sirvió de mucho.
- ¡No es solo eso Arlie! Me ha dicho que ella es la elegida de Kritin, el que se supone que es su lider alienigena. ¡No te lo pierdas! Me ha dado una descripción detallada suya, es verde, tiene 276 años, nació un 19 de estratun, un mes que solo existe en el planeta Tabuk y tiene ojos morados. También ha mencionado que a ella le encantaría vivir allí pero que todavía Kritin no la ve preparada. Arlie, no voy a sobrevivir. ¡Pediré un cambio de habitaciones! Seguro que al contarles mi problema, cederán, nadie es tan mala persona.
- Madison, no te van a dejar cambiar de habitación.- Ojalá pudiesen cambiarla, su situación era peor que la mía pero no iba a poder ser. Tal y como nos había dicho la directora a Kyle y a mí, no había más habitaciones disponibles.
- ¿Por qué? Seguro que tu tienes una compañera genial, yo no Lini.
- De hecho, hemos intentado cambiar de habitación, pero no nos han dejado.- Ella todavía no sabía que compartiría habitación con un chico por el resto del curso, su reacción iba a ser graciosa.
- ¿Con quién te ha tocado, tan mal os habéis caído como para pedir un cambio tan rápido ?
- Madison, no tengo una compañera, tengo un compañero.
Como por arte de magia, Kyle apareció por la puerta de la habitación.
- ¿Arlie, por qué tardas tanto? Me aburro.- Cuando el chico habló, mi amiga se llevó las manos a la boca, no se lo podía creer.
- Es que estaba ayudando a Madison con un pequeño problemita. Como podrás ver, su compañera está obsesionada con los alienigenas.
- Vaya, pues espero que tu no tengas obsesiones así de grandes. ¿Hasta el despertador con forma de ovni?- Empezó a reír al ver el extraño objeto, la verdad es que estaba a la vista que estas dos chicas no eran muy compatibles. Un lado de la habitación estaba ordenado, con un portatil en el escritorio y un par de fotos familiares en la mesita de noche. El otro lado, en cambio, estaba muy desordenado, en el escritorio solo había una pila de libros (imaginamos que eran sobre extraterrestres) y la mesita de noche se caracterizaba por su peculiar despertador.
- ¡Eso mismo digo yo! ¿Tan difícil era hacer las habitaciones bien?- Se veía de lejos la desesperación de mi amiga, sin duda, tendría un curso muy largo.
De repente, apareció la supuesta compañera de Madison en la habitación.
- Hola Penelope.- Dijo Madison, a lo que Penelope respondió con un simple saludo de mano.
- Bueno, nosotros ya nos vamos. Hablamos más tarde y vamos a algún bar a almorzar. Hasta luego.- Me despedí de mi amiga, creo que lo mejor era que se quedaran a solas para poder hablar un poco, ya no había solución, tendrían que convivir juntas.
Kyle y yo salimos de la habitación y nos dirigimos a la nuestra, todavía teníamos que deshacer las maletas. Llegamos y empezamos con el largo trabajo que teníamos por delante. Abrí la maleta y saqué primero los pantalones, después las camisas y camisetas, luego la ropa de deporte y cuando llegué a los jerseys me dí cuenta de un gran error; mi jersey favorito no estaba. Era muy simple, un jersey blanco con rayas azul marinas pero básicamente dependía de él. Obviamente, volver a mi casa a buscarlo no era una opción.
- No puede ser... ¿Qué hago ahora?- Sabía que estaba dramatizando un poco y que no era para tanto, aun así no sabía cómo no lo había metido en la maleta.
- ¿Qué pasa, Arlie?- Preguntó Kyle, la verdad me daba vergüenza admitirlo pero quizá él sabía donde podía conseguir uno nuevo.
- Se me ha olvidado mi jersey favorito en casa.- Se empezó a reír en mi cara, no disimuló en absoluto.
- ¿De verdad eso era lo que tanto te preocupaba? Si tienes la maleta llena con jerseys de todo tipo y de todos los colores.
Acto seguido se acercó a mi maleta y empezó a sacar los jersey dado que él ya había terminado, se quedaba observando cada uno de ellos.
- Un jersey rojo, tres jerseys blancos, cuatro negros, uno azul, un jersey lila... Este es muy bonito pero está roto por el hombro, ¿te has dado cuenta?
- Claro que me he dado cuenta Kyle, lo compré así.
- ¿Roto? Pues vaya tontería. Bueno, lo dejo ya.
Fue a dejar el jersey lila en la maleta y me dí cuenta de que asomaba el sujetador rojo de lencería que Madison me había obligado a comprar. Tenía que admitir que era muy llamativo, no dejaba a imaginar nada, tenía encaje por la parte de abajo y por la parte de arriba era prácticamente transparente, lo cubría una fina tela roja. Ya no podía hacer nada, cerré los ojos esperando que Kyle no lo viera, me moriría de vergüenza. Y desgraciadamente, el chico no tenía mala vista.
- ¿Y esto, Arlie? Me gusta mucho, igual me lo quedo y todo. ¿Qué opinas amiga?- Básicamente se estaba burlando de mi, ¿podía acaso ser más inmaduro? Me estaba cayendo bien, esperaba que no lo arruinaría tan rápido.
- Cuando quieras princesa.- Le dije en un tono de ironía y le arrebaté el sujetador de las manos.
Después de ese pequeño incidente seguimos deshaciendo las maletas, neceseres, secador de pelo, zapatos... Quince minutos más tarde Kyle ya había acabado.
- Arlie, me voy. He quedado con mi amigo Noah para dar una vuelta, luego nos vemos.
Salió de la habitación a un paso apresurado, suponía que llegaba tarde. Poco después acabé con mi maleta, todavía con la tristeza de mi jersey favorito pero ya no había vuelta atrás. Mañana empezaban las clases y estaba bastante motivada al respecto. Siempre me había gustado explicar cosas a los demás, trataba de hacerlo de una manera fácil para que entenderlo no costase tanto. Un verano dí clases particulares a una niña de ocho años, ahí entendí lo que quería estudiar. Me encantaba enseñar y los niños me encantaban aún más. Creo que esa fue la única vez que tenía ganas de empezar un curso. Y mientras pensaba en eso, me quede dormida en mi cama.
***
Nota de la autora: ¡Hoolaa! ¡Ya hemos vuelto! ¿Qué os ha parecido este capítulo? Sinceramente, yo creo que Arlie y Kyle pueden llegar a soportarse, aunque si que tendrán uno pequeños problemitas. Bueno, yo os dejo así, si queréis descubrirlo tendréis que esperar al siguiente capítulo.
No olvidéis votar esta historia, me ayudáis un montón. Adioosss <3
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TODO POR MI NOMBRE
Teen FictionSu nombre no es muy común, eso ya lo sabe bien Arlie Holden, no puede contar las veces que la han llamado erroneamente. Pero ella no pensaba que la confusión llegaría a tal punto en el cual la confundirían con un chico y tendría que compartir habita...