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Matías estaba tratando de llamar a sus amigos una y otra vez, ninguno le respondió.

—Dios, ¿Por qué me conseguí amigos que les importo tan poco?. —Se preguntó asi mismo indignado, sin dejar su celular aun lado, necesitaba contactarlos.
No le gustaba estar solo en medio del boliche, mucho menos pensar en que apenas entraron a la fiesta, ellos se alejaron para andar besuqueándose con gente, ¡Era lo más seguro!.

El castaño era el único casado de su pequeño grupo de amigos, el cuál por diversión decidieron viajar uno o dos meses a Uruguay, disfrutando de su cultura.

Y la primera noche estaba siendo una total locura.

Su celular tampoco dejaba de vibrar, debido a los mensajes de enojo que le texteaba su novia por segundo, haciéndolo bufar.
¿Por qué no le dejaba disfrutar?, él no sería capaz de engañarle, además hace un rato había provocado un problema entre ellos, lo que se convirtió en una discusión.

Le irritaba tanto que ella fuera tan tóxica, y quisiera controlar su vida como si fuera un máldito muñeco.
Era bastante grande cómo para saber manejarse, no era estúpido.
Ahora quería volver a hacerse la celosa, enterándose por una historia de uno de los amigos de su novio dónde se encontraba en un boliche.

Sin poder aguantarlo más, entró al chat viendo los miles y miles de mensajes de ella, causándole tanto estrés que estaba a nada de bloquearle.

Male💘.

¡Dios, matías!
Parece que lo hacés
todo apropósito, no?.
Vos querés que otra vez peleemos?
No aguanto más, Matías.

¿Encima tenes el descaro de salir
a andar con otras por ahí?
¿Te pensás que con eso se va
a solucionar todo entre nosotros?

Sos increíble, nene
Te podés ir bien a la mierda.

Frunció el ceño, disgustado por la ira de su pareja, ¿Tanto desconfiaba de él?, ¿Acaso él tenía la culpa de que ella fuera así?, ¿Había hecho algo mal?, esa última pregunta la tenía bien clara, jamás había besado a otra persona que no fuese ella.

No supo qué responder, asi que simplemente dejó los mensajes con doble tilde en azul, dejándola en un enorme gigante visto.
Lo cuál causó incluso más mensajes, insultándolo de todas las maneras posibles, él no tenía por qué darle explicación, ahora todo le daba igual.

Qué piense lo que quiera. Pensó él frustrado, llegando al punto en el que terminó silenciándola desde Whatsapp, logrando así que su celular dejará de vibrar tan rápido que parecía explotar.

La música estaba empezando a molestarle tanto que aturdido corrió hasta el baño encerrándose allí, donde se escuchaba mucho menos, cómo si fuera un karaoke.
Al menos sus oídos ya no eran tan penetrados por la música, que además era buena pero le causaba molestia el ruido.

Se miró al espejo frente al lavado de manos, estaba destrozado, su cabello para cualquier lado, sus labios secos cómo la planta de su madre, sus ojos bien hinchados por el sueño que traía encima, ni hablar del frío que hacía en esa época del año.
Se abrazó asi mismo, para después lavarse la cara tratando de despertarse una vez más.

De pronto escuchó la puerta del baño abrirse, y cómo si fuera un ladrón descubierto volteó muy asustado, encontrándose a un hombre bastante alto, mucho más que él.
Vestía un poco elegante, y eso había confundido a Matías.

𝗖𝗔𝗟𝗟 𝗠𝗘 || enzo x matiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora