Capítulo 2

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Pov. Ao'nung

Llegué a la conclusión de que, si quería conservar aquella minúscula gota de dignidad que me quedaba debía ir y disculparme con el chico del bosque o morir antes del amanecer.

Desgraciadamente no había muerto, así que no tuve más opción que levantarme de la hamaca e ir a enfrentar la situación.

Para mi sorpresa, Rotxo se había presentado en el lugar diciéndome que nos acompañaría. En hora buena, nos venía de maravilla porque necesitaríamos una mano extra para enseñarles a los cuatro hermanos adecuadamente.

A lo lejos vi a Tsireya caminar con paso firme en nuestra dirección. A medida que se acercaba se iba notando que estaba sorprendida de verme ahí.

— Hermano, no creí que vendrías. ¿Ya te sientes mejor? — Se explicó al verme confundido. — Papá me contó que no te vio muy bien y que lo mejor sería que yo y Rotxo nos encargaremos de todo.

Rotxo la mira confundido.

— ¿Por qué no vendría? ¿Qué pasó ayer?

— ¿No te lo dijo? — Me miró con una sonrisa burlona. — Mi hermanito hizo algo muy gracioso. Dejó caer las pertenencias de Neteyam frente a toda su familia. Estaba tan avergonzado que huyó sin mirar atrás, papá me preguntó si había ocurrido algo para que no se quedara a dormir en casa. ¡Ni siquiera fue a cenar!

— ¡Porque sabía que te reirías de mí! — Me defendí. — Más te vale no decírselo a nadie, mucho menos a papá.

Sentí que le hablaba a la palmera porque de inmediato Rotxo me hizo a un lado y miró a Tsireya.

— ¿Todo esto solo porque tiró un par de sus cosas?

— No cualquier cosa. Tiró sus taparrabos. — Se mofo mi querida hermana. — Me pareció una reacción exagerada para algo tan trivial. Fue casi como si...

Oh, mierda. Ahora Rotxo y Tsireya compartían esas miradas.

¡Sí, justo esas! De las que hacen cuando descubren algo super interesante o revelador. Ahora no podía caer más bajo.

— ¡Hermano! — Cubrió su boca y miró en todas direcciones en busca de que no hubiera nadie alrededor que la pudiera escuchar. — Ahora entiendo porque insististe tanto para que se quedarán. — Mi reacción no debió ser la que esperaba porque de inmediato respondió. — No te hagas, todos vimos cómo te le quedabas viendo a Neteyam.

Mi hermana y mi amigo se inmiscuyeron en su propia conversación, alegando a cada momento lo evidente que había sido al pedir dejarán a la familia quedarse.

— Ya, ya. Primero que nada, no me le quedé viendo ni nada.

— Mentiroso. — Exclamó el traidor. — Ahora entendiendo porque no me prestabas atención cuando te hablaba. Se me hizo raro que los observaras tanto, creí que era por curiosidad no porque te gustará él. Y sabiendo que huiste por haber pasado pena frente a tu amorcito. Ay, pobrecito mi amigo.

— ¿Podemos dejar en claro que aquí nadie gusta de nadie? Simplemente me sorprendí al ver lo diferentes que éramos.

— ¿Y esas diferencias se notaban más desde atrás?

— Rotxo, no me hagas lanzarte al mar.

El silencio volvía a presentarse. Decidí aprovechar el tiempo para planear mi disculpa y cómo le devolvería su... ropa parecer un raro.

Claro, como si no se hubiera quedado toda la noche pensando en maneras de hacerlo. Dentro de mí sabía que estaba dando demasiada importancia a un asunto que podría resolverse fácilmente, pero cada vez que me imaginaba parado frente a él me ponía nervioso y las manos temblaban.

Cómo le podría pedir perdón a alguien sin mencionarle lo

— Ao'nung.

— ¿Sí, Rotxo?

— ¿Podrías ir a buscar a tu novio?

— ¡Rotxo, te dije que-

— ¡Basta ustedes dos! — Nos silencio de golpe. — Aún así, me alegra que quisieras venir. Podrías hablar de lo sucedido con Neteyam y disculparte, si te hace sentir mejor.

Iba a responderle cuando a la distancia vimos a los hermanos correr hacía nosotros, luciendo preocupados. O al menos Neteyam parecía estarlo, los demás solo mostraban caras de cansancio. Ahora que lo pienso mejor, tal vez fue desconsiderado de nuestra parte iniciar con las lecciones tan pronto. Ellos vivieron toda su vida en tierra, aprender a manejarse en el agua requería de concentración y energía que no poseían debido al largo recorrido que hicieron de un clan a otro. Y Tsireya tenía razón, no sería mala idea

Y sin querer, cruce miradas con él. Sentí como si un cardumen diera vueltas en mi estómago y los peces hubieran decidido escapar por mi boca, que cubro al instante.

No todavía no estaba listo para enfrentarlo, quería huir. Sin embargo, Tsireya me ruega con la mirada que me quede.

Luego de descubrir la poca habilidad de nado de nuestros refugiados decidimos que lo mejor sería comenzar con actividades relacionadas con la fabricación de redes, canastas, recolección de frutos, hierbas y demás. Desde el punto de vista de Tsireya, y de su padre, sería adecuado para ellos conocer lo más simple de las tareas del clan para que pudieran contribuir y relacionarse más con el pueblo, que todavía se encontraba algo perturbado por sus nuevos hermanos.

Una manera de ganarse su confianza.

Era evidente que lanzarse de lleno al mar no había dado los resultados que esperaba, sabían lo básico, suficiente para mantenerse a flote y no ahogarse. Tuktirey, la más pequeña, parloteaba como si su vida dependiera de ello sobre cómo eran las cosas en su clan. Pasaban más tiempo sobre los árboles y saltando de un lugar a otro. Si bien tenían ríos donde nadar no eran tan profundos como en el arrecife y los utilizaban para limpiarse o jugar.

Aparte de eso, me sentí bastante tranquilo de que nos mantuviéramos unidos durante la lección. De haberles enseñado a montar ilu, como teníamos planeado, nos habríamos separado en grupos y era probable que quedara de instructor de Neteyam.

Unos momentos antes de que termináramos, me despedí de todos. Tsireya trató de detenerme, pero me excusé diciendo que tenía unas cosas que hacer y me fui. Todavía no me sentía preparado para hablarle, había dado una primera impresión desastrosa justo frente a su familia por nada y sería muy vergonzoso si fuera a disculparse de forma indebida.

Quizás tomarme un tiempo para pensar las palabras que le dedicaría a Neteyam, sin prisas. Ya tendría más oportunidades para hablar con él.




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1035 palabras

Luego de batallar con family issues, mi ser no queriendo hacer nada más que estar recostado mirando a la nada y decidido cambiar de carrera (un día de estos me desconecto del server gg) finalmente pude completar y publicar el cap. Por suerte, tenía la primera mitad ya escrita así que wiiiii.

Disculpen la tardanza y perdón si el capítulo se siente muy flojo.

⚠️ Si logro inspirarme, quizás suba un especial Aonunete para el 14 de febrero. Yo pasó San Valentín en soltería, pero los bbs lo pasan juntos... ¿o no? 

Prepárense porque estar más solos que media sin par no va a ser la única razón por la que lloren. ⚠️

Los amo, a los tres gatos locos que leen este fanfic.

𝕃𝕠 𝕢𝕦𝕖 𝕕𝕖𝕤𝕖𝕠 Aonunete PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora