Bajamos de la terraza, y cuando fuimos saliendo por la puerta principal, Jorge me llamo.
-¡Hey, Olivia! ¿Te vas? -Me dijo mientras se acercaba a mi.
-Espera aquí un momento porfi. -le dije a Carlos.
Antes de que Jorge llegara a mi camine yo hacia el, así Carlos no tenia que estar al lado, supongo que era lo que le faltaba ya.
-Si, Carlos no se siente muy bien y voy a acompañarle a su casa. -Le dije.
-¿Pero de salud o algo sentimental? -Me dijo arrugando las cejas. -No se le ve mal físicamente, tiene que ser algo que le paso, lleva ausente toda la mañana.
-Sentimental, esta muy mal, no debe pasar mas tiempo aquí. -Le dije aganchando la cabeza.
-Bueno... Espero que se recupere pronto, no lo conozco, pero parece buen chaval. -Me dijo rascándose la nuca. -Entonces, ¿Hoy no te vere por el balcón verdad?
Ojala Carlos pensara lo mismo de el.
-Me temo que no, voy a intentar pasar el día con el, bueno, me voy antes de que empieza la clase, hasta mañana. -Le dije con una sonrisa.
-Hasta mañana. -Y se despidió dandome un beso en la mejilla.
Rápida me fui con Carlos, que seguía esperando en el mismo sitio.
Salimos del instituto y decidimos coger la guagua para ir a su casa, porque no le apetecía nada estar caminando.
Durante el camino el se quedo callado mirando por la ventana, mientras yo me apoyaba en su hombro y le acariciaba la mano. Una de las veces le oí sonar las tripas, y sin decirle nada, cogí y saque el paquete de galletas príncipe y se lo puse en la mano, el me sonrió, me dio un beso en la cabeza y empezó a comérselas.
Cuando llegamos a la casa no había nadie, el me explico que era porque los abuelos iban a estar todo el día ocupadisimos con los papeleos. Menos mal que vine con el, no me puedo imaginar que fuera a pasar este día solo. Subimos a su habitacion, eran las 11:45 de la mañana, y el necesitaba descansar. Cogí, le mande a quitarse los zapatos y a que se cambiara a ropa comoda. Cuando volvió me trajo una blusa blanca enorme.
-Si yo tengo que estar cómodo, tu también, lo que no tengo pantalones para ti. -Me dijo sonriendo y mordiéndose el labio.
-Jajaja no pasa nada, yo traje los mios cortos de educación física. -Le dije riendome. -Voy a cambiarme. Tu echate y descansa.
Fui al baño y me cambie, me quite las botas y me quede en calcetines. Cuando llegue al cuarto el estaba acostado, con los ojos cerrados. Yo aproveche y me puse a recogerle un poco el cuarto silenciosamente, y después la casa. Eran las 12:15 no había dormido apenas media hora, cuando se pronto se oyó una voz chillando.
-¡Mama! ¡Mama por favor! !Mamaa! -Era Carlos.
Subí corriendo las escaleras y entre en su cuarto, estaba sudando, moviéndose de un lado al otro, casi temblando. En cuanto pude fui a despertarlo, estaba teniendo una pesadilla.
-¡Carlos! ¡Carlos, despierta! ¡Es solo una pesadilla! -Le dije sacudiéndolo un poco.
Se sentó derrepente, y abrió los ojos, su respiración era agitada.
-¿Estas bien? Me asustaste -Le dije.
-Dios... Que sueño, que mal lo pase, pfff. -Me dijo poniéndose las manos en la cara.
-Tranquilo, fue solo una pesadilla... Intenta coger el sueño otra vez. -Le dije agarrándole la mano. -Tienes que descansar.
-Que va, yo no puedo dormirme así, tengo miedo, por favor quedate conmigo, aquí, no voy a soportar estar solo... -Me dijo agarrándome la mano fuerte.
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Otra casualidad mas.
Novela JuvenilOlivia, una chica de 16 años, empieza las clases después de las vacaciones de verano. Lo que no sabe es que conocerá a un chico que le cambiara la vida por completo. Y hará que la amistad de su mejor amigo con ella, peligre. ¿Siente algo por su mej...