El tranquilizador sonido de las cascadas llenaba el lugar, y las aguas cristalizas fluían con tranquilidad. La paz reinaba en aquel solitario y bello paraje.
En un rincón apartado del resto, oculto tras varias flores azuladas, se encontraba el cuerpo inerte de un humano. Su alma morada relucía en la oscuridad débilmente. Sus ojos estaban cerrados y su boca entreabierta, y un hilo de sangre salía de ella. Se le veía herido. Pero lo peor era su pierna.
Atravesada completamente por una lanza, la cuál seguía clavada en ella de forma dolorosa, esta estaba llena de sangre, y daba la impresión de que no sería fácil curar aquella herida.
Sin embargo, el niño dormía tranquilamente, y su respiración acompasada era guiada por los susurros de las flores del eco...
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Una chica de una apariencia de 14 o 15 años avanzaba por el lugar en completo silencio. Su piel azulada y los cuernos azul oscuro que tenía en su cabeza hacían armonía con el lugar, permitiéndole pasar más desapercibida. Su pelo, de color lavanda, desentonaba un poco más, pero su color suave evitaba que nadie se fijara en ella.
Se acercó a un laguito especialmente claro y reprimió un grito de horror al ver el color rojo de la sangre en sus antaño cristalinas aguas. Buscó la fuente de aquella sustancia y esta vez no pudo evitar gritar al ver el cuerpo del humano inconsciente.
Se acercó rápidamente a él y al ver el horrible estado en el que se encontraba se preocupó. Sin embargo, debía tener cuidado. No debía fiarse de un desconocido, y menos aún de uno que fuese humano. Así pues, tras verificar que estuviese efectivamente inconsciente, le agarró y lo cargó por Waterfall, perdiéndose entre las flores y las cascadas...
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El humano caído despertó sobresaltado. Miró alrededor confundido. Estaba en una especie de edificio abandonado, a oscuras. Había varios cristales morados que iluminaban débilmente la habitación, además de su propia alma.
El chico la observó por unos instante, y luego se dispuso a levantarse.
- QUIETO - Dijo una voz desde las sombras.
El humano ahogó un grito y miró alrededor en busca de la fuente de la voz. Se fijó en una figura humanoide en la que no había reparado antes. Sus ojos morados resplandecieron por un momento por el miedo de un nuevo enemigo, y puso su cuerpo en tensión, listo para volver a huir. Sin embargo gritó al notar un horrible dolor proveniente de su pierna.
Bajó la vista y vio como la tenía llena de vendas ensangrentadas. Apenas podía moverla del dolor. Notó varias lágrimas cayendo por sus mejillas de forma inevitable y se volvió a desplomar en el suelo. Tal vez la muerte no fuese tan mala, después de todo. Dejó su destino en manos de la extraña figura que se recortaba en la penumbra, cansado de resistirse.
Cansado de perseverar.
Oyó una risa proveniente de la figura. Tenía un voz dulce y suave, y parecía divertida. Finalmente, la criatura se acercó a él y salió de la penumbra, mostrando su aspecto. Sus cuernos y su piel eran azules, los primeros de color azul marino y su piel clara y aparentemente suave. Su pelo violáceo le daba un aspecto de ángel.
El humano se sonrojó un poco y actuó sin pensar.
- E-eres muy linda....
De repente se dio cuenta de su error y se tapó la manos con la boca mientras se ponía rojo como un tomate.
La otra se sorprendió y el azul de su cara de volvió algo más intenso.
- ¿¡PERDONA!?
Se la veía molesta y se acercó al chico con sus ojos reluciendo de furia. El otro empezó a temblar presa del pánico. Intentó levantarse para huir pero gritó por el dolor de su pierna y cayó al suelo. Apretó los dientes para evitar llorar, pero el dolor era tan intenso que no podía con ello. Se preguntó si la lanza estaba envenenada, y se sumió en la oscuridad.
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Volvió a despertar sobresaltado. No sabía si habían pasado minutos, horas o días. Estaba en una habitación diferente, sobre un viejo colchón. Alguien le había cambiado las vendas de la pierna, y logró divisar varios botes con algo que parecía una medicina o un antídoto.
Se incorporó, pero cuando iba a intentar levantarse, pues ya no sentía dolor en su pierna, la voz de la chica le detuvo.
- No te muevas o se volverá a abrir la herida.
El humano se giró y buscó a la chica monstruo con la mirada. La vio sentada en una cama vieja, en la pared contraria. Tenía al lado un libro con un marcapáginas situado más a menos a la mitad de este, y algunas estanterías con otros libros y sobre todo chatarra. Varias plantas colgaban del techo y las enredaderas azules de Waterfall invadían las paredes.
El caído intentó decir algo, pero no se le ocurrió nada.
- Ehhhh...... - Se quedó en silencio durante unos instantes - G-gracias por.... vendarme la herida.... y por no hacerme nada... - Dijo simplemente, esperando que aquello fuese suficiente.
La otra pareció calmarse un poco.
- No hay de qué... La verdad cuando te vi me asusté mucho, pensé que eras un cadáver... Menos mal que no fue así.
La monstruo se rio, y el chico la encontró aún más hermosa que antes.
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Perseverance - Una historia de Undersnow (Undertale AU)
FanfictionUn poblado de la superficie, sepultado bajo la nieve del Eterno Invierno, provocado por La Ventisca que se había originado hacia siglos, sacrificaba cada 50 años a un niño tirándole por el agujero que conectaba con el Subsuelo, esperando así poder '...