Habían pasado alrededor de siete días desde que Apo experimentó su primer celo y estuvo acompañado por un Alfa por primera vez. Él había deseado que su primera vez fuera algo especial y que la disfrutara, pero esta vez no fue como él había imaginado. Aunque fue satisfactoria, no pudo negarlo, en realidad nunca fue lo que había esperado. Durante la noche, lloraba por todo lo malo que estaba sucediendo, pero su lobo insistía en recordarle las escenas de aquel día en que se entregó a Mile, su Alfa designado.
A pesar de la resistencia inicial y la constante solicitud de ser tratado con mayor delicadeza, se vio incapaz de resistir. Aunque no deseaba ceder, su instinto de lobo lo obligaba a someterse ante el alfa que consideraba su pareja destinada, incluso afirmando que el le pertenecía sin importar las circunstancias.
El lobo interior de Apo necesitaba la atención del Alfa sin importar que no fueran tratados de la mejor manera, después de tanto tiempo sin estar juntos los dos lobos unían sus almas de nuevo pero sin que existiera amor entre ellos.
Su piel comenzaba a experimentar una sensación de ardor y su cuerpo se excitaba con cada roce de su piel. Sentía cómo las piernas le temblaban y el miembro empezaba a palpitar bajo la ropa interior. Podía percibir la firmeza del miembro y el dolor que causaba no poder satisfacer la erección que se estaba formando. Simplemente esperaba pacientemente a que el alfa se encargara de ello por el.
Cómo todo un sumiso ante un Alfa
En cualquier situación, se sentiría molesto si tuviera que depender de un Alfa para ser atendido o para que hiciese las cosas por el. Sin embargo, en su lugar, aguarda pacientemente como un perro a su dueño. Se avergüenza de si mismo por ello.
Observaba atentamente el rostro sudoroso de Mile y sus gestos, así como las excitantes mordidas de labio que realizaba. Apo disfrutaba de tener el poder de hacer que el alfa se mostrara de esa manera y lo deseara.
Provocaba un aumento de excitación en él, por lo que comenzó a moverse en la cama como señal de deseo. Su comportamiento no dejaba lugar a dudas: era un sinvergüenza. Comenzó a emitir gemidos en busca de más contacto y atención, anhelando exclusivamente la compañía y el afecto de Mile. Quería tenerlo todo para él, deseaba ser egoísta y lograr que el Alfa estuviera exclusivamente a su disposición. Después, se sentiría culpable por sus pensamientos, pero en ese momento ansiaba tenerlo dentro de sí, sentir cómo era destrozado y azotado por aquel alfa de cara afilada, grandes músculos, perfectos abdominales y esa voz que lo conducía hacia su perdición, la misma que deseaba escuchar gemir y jadear, decirle que era un buen Omega mientras era azotado sin piedad en la cama, dejándole marcas de esas ásperas manos sobre sus nalgas y el cuerpo lleno de marcas que tardaran en borrarse.
Dejándole en claro a todos que Mile le pertenece y que mataría a quien se acerque. Apo sin poder resistirse tomo a Mile del cuello y lo beso intensamente.
La entrada del omega estaba dilatada y tan húmeda que el lubricante natural estaba de sobra y sólo se escuria entre sus nalgas viscosamente, Mile se dio cuenta que cuando el omega estaba exitado su aroma se intensificaba y lo envolvía inpermeandolo con el aroma... el cacao junto con el embriagador aroma a cereza y vino estaba haciendo una bola de emociones para el Alfa.
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『Un toqué de mota』𖤐《MileApo》
Fanfic|| Prólogo completo dentro de la historia || Leer la Advertencia de la historia ⚠️ ⚠️ ⚠️ Mile Phakphum, de 25 años, es un prominente líder de la mafia, altamente respetado por otras organizaciones criminales, carteles e incluso asesinos. Su influen...