cap1. escuela de magia strixhaven

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Surcando los cielos de arcavios se encontraba una parvada completa de jovenes de todos los planos conocidos, en su mayoría aven, esta era la clase combinada de "magia de alturas" que impartía la universidad de strixhaven, todos los primeros años tenían que asistir a este seminario impartido por la gran maestre Breena.

-volar, no es solo el don natural que se nos da a los aven por la gran diosa Mistra, si no una de nuestras herramientas más formidables de nosotros los "tejedores de hechizos", no importa la clase de vuelo que estés realizando, Autoimpulzado, mágico, con herramientas o máquinas voladoras, prestado a lomos de uno de tus espíritus contratados o compañeros animal- dijo una imponente buholina de plumas blancas como la nieve, mientras batia sus poderosas alas en el frente de la clase absorta en su discurso.

-distancia, esa es la mayor fortaleza de esta asignatura les enseñará,una manera de mantenerse a Salvo hasta que obtengan el poder y conocimiento suficiente para no depender de esta táctica, más sin embargó, deben recordar que un buen practicante de magia por lo general nunca va en primera fila al campo de batalla-mientras explicaba esto un poderoso círculo mágico entretejido de luces blancas y negras comenzó a formarse frente a ella, del cual un poderoso rayo paso a formarse y dispararse en dirección al bosque debajo de ellos, golpeando de lleno uno de los muchos objetivos esparcidos entre los árboles de dicha foresta.
- maniobrabilidad, este circuito a través, y por encima del bosque les ayudará a comenzar a concentrarse en dos cosas a la vez, mantener el enfoque en tu entorno y Castear tu hechizo, todos para estas fechas deberían conocer y dominar el encantamiento de "proyectil mágico" quien acierte un total de 6 blancos pasa la prueba, espero haber Sido clara, muy bien, desciendan al suelo formen una fila y comenzaremos-.

Así dió comienzo a la sinuosa tarea, algunos pasándola fácilmente, algunos con dificultad, una que otra vez la gran maestre Breena tuvo que ir a buscar a uno o dos de sus alumnos con falta total de dirección que se perdieron y se adentraron más de lo que deberían en el bosque.

Al finalizar la clase, todos habían logrado acertar los seis blancos con mayor o menor dificultad
Sobrevolando de regreso el bosque al atardecer un destello entre el follaje llamo la atención de uno de los aven rezagados de la parvada principal
Pudiendo más su curiosidad que su precaución descendio con maestría y silencio entre las ramas del inmenso bosque para averiguar que era aquello que llamó su atención.

Más sin embargó está acción no fue pasada por alto por la gran maestre que al escoltar al resto de la clase a terrenos más concernientes a la academia, regreso a buscar al alumno faltante, siguiendo el rastro de su maná logro ubicarla en el suelo del bosque no muy lejos de su posición.

-señorita Mavinda, podría explicarme porque decidió separase del grupo- exigió la gran maestre a su alumna.

-gran maestre, hay un nido raro en ese árbol- dijo Mavinda, mientras señalaba en el hueco de un árbol frente a ellas, un nido peculiar hecho de varitas rotas y páginas de lo que parecían libros de magia, cosas no tan infrecuentes en un bosque que rodeaba una academia mágica, y dentro de el yacía un único huevo azulado, demaciado pequeño para ser el de un avían, pero demaciado grande para ser el de algún familiar de un estudiante, aunque no fuera extraño que algún maestro o alumno experimentará ilegalmente con las bestias del bosque, decidieron acercarse.

Cuando se disponían a inspeccionar con un hechizo desde la distancia para mantenerse a salvo, del nido comenzó a surgir un sonido, el huevo comenzó a moverse indicando la pronta eclosión del mismo una grieta surgió y de ella una pesada ráfaga de magia brotó erizando las plumas de las dos aven sorprendidas, pues no esperaron que del pequeño huevo proveniera una oleada tan fuerte de maná crudo, y de las grietas se asomo un pequeño pico negro azabache lentamente asomándose una cabeza pequeñita, una nueva vida surgió un polluelo no más grande de 10 cm, refutando su teoría de algún experimento ilegal, más sin embargó seguía siendo muy pequeño para ser un aven.

Aún con dudas decidieron recoger al polluelo y volar de regreso a la academia, dirigiéndose directamente a la enfermería, no importa que exactamente fuera el infante lo primordial era revisar que estuviera bien.

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