❛Las familias son la brújula que nos guía. Son la inspiración para llegar a grandes alturas, y nuestro consuelo cuando ocasionalmente fallamos❜-Brad Henry
El primer día de la escuela para Julian fue algo... fatídica.Desde el comienzo, había llegado un par de minutos tarde porque el bus también tardó un poco y, luego, en la presentación obligatoria, ocurrieron pequeños pero dolorosos desastres.
―Hola a todos. Me llamo Julian Loki, soy de la zona central de París y... y mi sueño es ser un futbolista profesional.
Las risas malintencionadas de un grupo en particular se hicieron oír. Eran tan venenosos como el canto el una sirena, que seduce para luego asesinar.
―¿Tú? ¿Y por qué alguien como tú sería un futbolista? ¿Un chocolate amargo como tú? ―se burló uno.
―¡Los futbolistas deben ser guapos para vender una imagen! ¡No un tipo oscuro como tú! ―gritó una niña del mismo grupo.
Y, aunque el maestro regañó a todos los chicos que se le burlaron, Julian comenzó a dudar de él mismo, como todo niño de cinco años.
¿No es suficiente con el talento que tenía? ¿Ni con el esfuerzo que le ponía a sus entrenamientos? ¿O con toda esa fe que sus seres queridos le ponían?
Estaba perdiendo su esperanza. Por primera vez en la vida, se sintió insuficiente.
Esa fue la peor clase que había tenido en toda su vida con cinco añitos.
Cuando salió de la escuela lo hizo con lágrimas en los ojos, esperando en una esquina a que su hermana mayor salga con él.
—¡Julian! ¿Qué ocurrió? ¿Quién te hizo llorar? ¿A quién debo golpear? —fueron las primeras preguntas que hizo la mayor de los dos hermanos Loki, abrazando al niño con mucho cariño—. Yo estoy contigo, y nunca me iré de tu lado, ¿me oyes? Tu hermanita mayor va a protegerte siempre...
—Eres mi ángel, Angelina... —murmuró el más pequeño, aferrado al cuerpo de su amada hermana.
—Tú eres mi superhéroe, Julian.
Con una sonrisa, la mayor juntó sus fuerzas y alzó a su hermano para llevarlo bien pegado a ella. Miró mal a todos sus compañeros que quisieron reírse y le compró, en el camino a casa, una paleta helada.
—¿Sabías que la Torre Eiffel puede ser hasta quince centímetros más alta en verano? —preguntó ella, encima de dicha torre mientras observaba a su hermano comer su paleta felizmente.
—No lo sabía... —contestó el niño con voz baja y ligeramente confundido por aquel dato tan al azar. Sus bonitas mejillas regordetas brillaban por la dulzura del helado.
—Quiero que seas como la Torre Eiffel, cada día más alto —le dijo ella, mirándolo con una gran sonrisa—. Y yo seré tu verano. Te voy a impulsar hasta la luna y más allá con tu talento.
Julian la miró con sus ojos muy abiertos. Estuvo pensando en silencio por un par de minutos antes de volver a decir:
—Pero yo no estoy hecho de hierro.
—Pero eres tan fuerte como el hierro. Vas a expandirte con todo mi apoyo. Ya verás que serás una estrella en lo más alto del cielo. Tienes talento, eres perseverante y no permitiré que nadie se meta en tus objetivos jamás, Julian. Prométeme que serás tan fuerte para nunca dejar que nadie se atreva a detenerte.
Angelina estaba tan ocupada en hacer correctamente su discurso alentador que no se fijó en las lágrimas que se acumulaban en el pequeño rostro infantil de su pequeño hermano dos años menor.
—¿Ju...
—¡Te amo! —susurró, casi sin poder formular bien las palabras—. No me dejes solo... jamás... Nunca te alejes de mi lado...
—Te lo juro, mi príncipe futbolista. ¡Voy a estar ahí cuando estés en lo más alto!
Esa noche, se selló un trato. Un pacto de amor, uno tan puro e inmaculado como sus pequeños corazones soñadores.
Porque el amanecer frente a la espléndida Torre Eiffel era igual de utópica¹ que sus fantasías a cumplir...
¹: algo imaginado o idealizado como perfecto, pero irrealizable en la realidad.
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𝐔𝐍𝐓𝐈𝐋 𝐃𝐀𝐖𝐍───────𝗝𝗨𝗟𝗜𝗔𝗡 𝗟𝗢𝗞𝗜
Fanfiction'UNTIL DAWN' Dicen que la esperanza es lo último que se pierde. Julian se tomó este dicho como certero para argumentar sus visitas constantes a aquel hospital, donde una bonita adolescente lo esperaba siempre, hasta el amanecer de cada nuevo día...