𝐔𝐍𝐓𝐈𝐋 𝐃𝐀𝐖𝐍───────𝗝𝗨𝗟𝗜𝗔𝗡 𝗟𝗢𝗞𝗜

𝟎𝟑───𝐒𝐏𝐈𝐑𝐀𝐋𝐄

"En la salud y en la enfermedad, la familia es el mayor tesoro"

Hay quien dice que la vida es un espiral.

Las cosas buenas pueden transformarse en malas de un segundo a otro y viceversa, así como también podrían jamás cambiar de ninguna forma y sería aún aceptable. Aun así, como siempre hay un pero, la vida no es eterna como como espiral; la vida es finita, tiene un comienzo y de igual forma un final, que no depende de nadie más que de la vida y de las decisiones tomadas por cada dueño de la misma.

Sin embargo, esta es una filosofía algo difícil de explicar a un niño de cinco años. ¿Cómo decirle que su hermana posiblemente jamás despierte? ¿Cómo explicarle que la única imagen que tendrá él de ahora en adelante será de su dulce ángel postrada en una camilla de hospital y conectada a cientos de máquinas de las que depende ahora su vida?

Pero ahí estaba su madre, tomando las manos de su hijo menor mientras luchaba contra las lágrimas al explicarle la situación buscando fortaleza. El corazón se le partía al asumir todas las culpas mentalmente de lo sucedido. Porque sí, fue ella quien obligó a su esposo a hacer aquella maniobra peligrosísima que se llevó la conciencia de su primera niña.

A pesar del pobre intento de Julian por no echarle la culpa a su progenitora, ella vio en sus ojos la confusión, la tristeza y el enojo.

Todas emociones totalmente válidas, ¿no? Técnicamente, fue su culpa todo.

Ella quiso "mantener a la familia unida", ella empezó la pelea desastrosa por un arranque de celos, ella tomó y sacudió los brazos de su entonces pareja que causó el accidente, donde además se perdió la vida de un hombre que iba en el coche trasero.

Pero ella no entró en prisión. Toda la condena fue únicamente a Claude, quien pasaría cinco años como pena mínima, sin posibilidad de libertad condicional por encarcelamientos anteriores.

Julian, a pesar de ser un pequeño niño de cinco años y medio, entendió la situación; o al menos fingió hacerlo. Su hermana lo habría entendido, entonces, ¿por qué él no?

Mas lo correcto es lo lógico. ¿Cómo entenderá alguien de su edad el estado vegetativo?, es cuestión de racionalidad. No, claro que no lo entendió.

Solo lo aceptó porque no hubo más alternativa. Solo podía visitar dos veces a la semana el hospital, sentarse al lado de su hermana, tomar su mano y hablarle porque su abuela le dijo que ella quizá podría oírlo.

Le contó de su vida y de su día; de sus amigos y de sus partidos; de sus tareas escolares y de su madre; de lo poco que sabía de su padre y de un sinnúmero de cosas más para pasar el rato, hasta quedarse sin temas que contar.

Hasta el amanecer Julian se quedó solo hablando y hablando, toda la noche y sin descanso; durmiendo en una silla incómoda y tomando su mano con fuerza por pocas horas, hasta que amablemente un médico o una enfermera le pedía que se retirara.

Porque su corazón siempre prefirió sacrificar horas valiosas de sueño para pasarlas junto a Angelina, junto a su ángel.

Hoy, con la fidelidad de un cachorro, tenemos la escena melancólica de Julian con flores en sus manos y la mirada puesta en su hermana, quien yacía postrada en la pulcra camilla de hospital. Hacia dos días que salió de terapia intensiva y él por fin fue a verla.

Tenía los rosados y femeninos cuadernos escolares de Angelina en brazos, copiando todo lo que sus compañeros de clase le pasaban wue hacía en el día.

Ella va a despertar y se habrá perdido varios días de clase, pensaba el pequeño mientras trataba de copiar la bonita caligrafía de su fémina amada. Decoró las páginas y comprendió los temas para hacer los deberes y ejercicios por ella.

Así, los llevó a la escuela al día siguiente para que ella tuviera grandiosas calificaciones a pesar de su inconsciencia.

Porque un alma inocente como la de un niño no comprendía el 70% de probabilidades de que no volvería a ver a su persona favorita despierta.

Volvimos con Until Dawn tambiénn 💜

Dios, cómo amo este libro 🥹💓🥹💓🥹💓