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La forma en la que el calor corporal de la suave piel de Matias la envolvía le ponía cálido el corazón, sentir la calmada respiración en su cuello lo ponía feliz, a el y a las miles de mariposas que aparecían en su estómago haciendo una fiesta a la que su corazón estaba invitado.

Sus ojos pesaban y cuando al fin se decidieron cerrar, un gran estruendo hizo ambos cuerpos saltar, un pequeño grito de Matias
sonando al mismo tiempo.

La rápida respiración en su cuello hizo que comenzara a trazar suaves lineas en la piel desnuda de la espalda del menor, recitando pequeñas palabras calmantes y protectoras.

No había temía a los truenos y rayos.

—Shh, tranquilo nene, aquí estoy ¿Si? Aquí estoy contigo...
Sienteme —el corazón de Matias parecía motor, y ya no era por el horrible sonido de hace rato.

Escondió su rostro aún más en el cuello ajeno, intentando que el pelinegro no viera su sonrojo.

Su impulso fue de darle un pequeño beso, dejando a la pobre chico con un nerviosismo palpable.

Realmente pareciera como si fueran adolescentes viviendo su
primer amor.

Solo que no eran adolescentes y no era el primero, pero sí que era con la misma persona y se sentía igual de lindo.

Tal vez ambos podrían acostumbrarse a eso de nuevo.

¿Ex? - Matias Recalt x Enzo VogrincicWhere stories live. Discover now