Kara Danvers
Inglaterra estaba muy frío en épocas de otoño, aunque el calefactor estuviese encendido no podía dejar de temblar, observé el reloj esperando atenta la salida de Austin del colegio. Ha estado muy triste, no podía culparlo, quise arrancarme el corazón tantas veces este último año que dolía hasta respirar pero tenía que sacar a mi hijo de esa depresión.
Pasó un año desde que Lena se fue. Sí, un jodido año.
¿La última vez que estuvimos juntas?
Fue en casa, recuerdo cada mínimo detalle de su sonrisa, su último corazón enviado a mi casilla de mensajes. El sabor de aquel ataque de besos que le di, la suavidad de su tacto y aquella mirada enamorada. ¿Qué pasó?
Nosotras estábamos tan bien...
Teníamos citas, cenas románticas a la luz de las velas en mi pequeña casa, bebíamos café observando a Austin en sus prácticas en Live, éramos prácticamente una pareja feliz. Lena retomó sus estudios de Derecho, vivíamos en la misma casa, con nuestro hijo la recogíamos luego de sus clases y era todo tan hermoso.
¿Qué sucedió?
Me lo pregunté millones de veces estos últimos meses, no la pude encontrar por mi misma, varios detectives reconocidos estaban a mis servicios buscando al amor de mi vida. No me importó una mierda que me haya grabado un vídeo despidiéndose de mi, no creía nada que decidiera irse solo porque Austin estaba bien conmigo.
Lionel Luthor había perdido su imperio, fui contra él con todo lo pesado cuando Lena se fue, el Club Live era propiedad Danvers después de demandar al imponente empresario por lavado de dinero y usar mi antigua condición como chantaje. Lo destruí como él destruyó mi familia, porque sé perfectamente que Lionel Luthor tiene todo que ver con la huida de Lena, algo le hizo y ahí estaba yo, dándolo todo por encontrarla.
Perderme en esos pensamientos se había vuelto un hábito, salí desprendiendo el aire caliente de mi boca y frotando suavemente las manos manteniendo su calidez. Austin pegó un increíble estirón, estaba mucho más alto que la última vez que estuvimos con Lena. Mi muchacho caminó hasta el auto con una seriedad imponente, besó mi mejilla y me regaló una gélida sonrisa, era tan horrible ver cómo el brillo en sus ojos se desvanecía con el pasar del tiempo.
— ¿Cómo te fue, cariño?
— Bien. — dolía tanto sentir el hielo entre nosotros, exhalé rendida y encendí el auto.
— ¿Qué te gustaría hacer mañana? No todos los días cumples años.
— Tengo prácticas, no quiero nada.
Nia Nal ha seguido con sus sesiones, sé que no es lo mismo por videollamada pero Austin necesitaba salir de Estados Unidos cuando toda la prensa lo acosaba. Su terapeuta habló conmigo en repetidas ocasiones, me ha visto llorar de angustia al notar que Austin me culpaba por todo, no soy Lena, y me ha demostrado en muchas ocasiones que siente odio por mi.
Nia me pidió paciencia, la tuve todo este tiempo pero no aguantaba ver sus ojos observarme con desprecio. Evita pasar tiempo conmigo, odia que lo arrope en las noches de frío y para él soy Kara Danvers, ya no soy su mamá.
— ¿Qué te apetece cenar?
— Me da igual — sacó la tablet de la guantera — Tengo clases de idioma, ¿Me compraste los libros?
Le señalé los asientos traseros y él asintió, se sumió en sus videojuegos mientras avanzaba para ir a su clase de francés. Alex nos visitó el mes pasado, me invadieron los celos al ver cómo Austin le sonreía y jugaba con ella ignorando mi existecia, lo mismo con sus abuelos, lloré tanto cuando se fue de vacaciones a Estados Unidos pidiendo que no lo siguiera, él quería estar solo con mis padres.
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La perdedora es una campeona
FanficLena le rompió el corazón en la adolescencia. Kara aceptó un contrato alejándose del pequeño pueblo de Midvale. Maldito destino. ¿Por qué las unes? ¿Acaso deseas ver el mundo arder? "Lena, no te necesito en las tribunas. Tu no eres parte de mi ge...