Día 1 - Diagnóstico

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Este capítulo se conectará con el segundo día.

"Y después de todo eso... terminaremos envejeciendo juntos".

Satoru y Suguru levantaron la cabeza cuando un gran estruendo se escuchó por toda la casa.

—Estoy a dos segundos de lanzarme a golpearlo —le susurró Satoru a Suguru mientras respiraba profundamente para no golpear e insultar a uno de los jóvenes que los ayudaban a bajar las cosas del camión de mudanza.

—Déjalo —le dijo Suguru, pero él apretaba el tabique de su nariz, era la cuarta vez que ese chico tiraba algo.

Después de unas cuantas horas con gritos e insultos de ida y vuelta, el camión terminó vacío y su casa comenzó a llenarse de un poco de vida.

Estaba desordenado, pero al fin tenían un lugar al cual llamar hogar. Su hogar.

—Mañana terminamos de ordenar, ¿okey? —dijo Satoru mientras comenzaba a arrastrar a Suguru hacia el cuarto, dejando que los dos cayeran en el colchón, el cual aun estaba en el piso porque aún no tenían armada la base para ponerlo.

—Aún es temprano —le dijo Suguru mientras le sonreía— podríamos terminar de organizar algunas cosas.

—Estoy cansado —exagero Satoru mientras le soltaba el cabello a Suguru, pasando sus dedos con suavidad para deshacer los nudos que se habían formado a lo largo del día.

Suguru lo miró mientras se acercaba a besarlo, Satoru correspondió al instante, subiendo un poco la intensidad del beso.

Pero se detuvo cuando sintió las manos temblorosas de Suguru aferrarse a su camisa casi sin fuerza.

—¿Está todo bien? —preguntó mientras tomaba las manos de Suguru entre las suyas, preocupado por lo mucho que se habían puesto a temblar de repente.

—Sólo estoy cansado —aseguró Suguru mientras le daba un beso en la frente— no te preocupes.

—Soy tu prometido, Suguru, mi trabajo es preocuparme —respondió Satoru con una suave risa, pero le hizo caso, no debía ser grave si Suguru decía que no lo era.

—¿Ya tienes sueño?

—La verdad es que no —se elevó de hombros mientras volvía a acariciar el cabello de Suguru, trazando suaves círculos para relajarlo— pero si estás tan cansado deberías de dormir.

Suguru le sonrió con suavidad y tomó su palabra, por lo que decidió dormir, acurrucando su cabeza contra el pecho de Satoru, escuchando como su corazón latía lentamente, como una canción de cuna o un arrullo creado especialmente para tranquilizarlo.

Siempre lo ponía a dormir después de unos minutos.

Satoru sonrió mientras seguía acariciando el cabello de Suguru con suavidad mientras la respiración de su prometido se hacía más pesada y su cuerpo se relajaba instantáneamente después.

Tomó una de las manos de Suguru y con alivio miró que ya no estaban temblando, sólo quedaba la calidez que naturalmente desprendían.

Pasó sus brazos por la cintura de su prometido y cerró los ojos para dormir él también, mañana sería otro largo día para arreglar el desastre que hicieron los de la mudanza, así que era mejor descansar.

(...)

—¿Listo?

—Listo.

Satoru le sonrió y juntos comenzaron a levantar el sillón para poder ponerlo en el lugar que querían.

Sin embargo, Suguru soltó de repente el extremo que sostenía y todo el peso del sillón cayó en sus pies, sacándole un quejido de dolor.

Angstruary (SatoSugu) 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora