Día 6 - aborto

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Gente, no me había dado cuenta de que no se había subido completo, una disculpa.

Au omegaverse, contiene temas relacionados a la experimentación en personas, celos provocados, abuso sexual/psicológico a menores de edad, intentos de suicidio, abortos, asesinato y muerte, abstenerse de leer si alguno de estos temas presenta algún problema personal para ustedes, o simplemente no les gusta.

Los omegas conforman solo el 5% de la población mundial, aún más bajo que eso, los omegas recesivos eran extremadamente raros.

Y codiciados por el mundo de la ciencia.

Por esa razón, si a la gente se le diera la pregunta de ser omega recesivo o la muerte, todos elegirían la muerte sin siquiera dudarlo.

A los doce años se hace el test para saber tu género secundario, aunque fuera solo uno en un millón, ese día los nervios de todos están de punta, incluso para aquellas personas que pueden llegar a tener indicios de su casta es difícil cuando llega el momento.

La prueba consiste en un registro de la sangre, para hacer los resultados más acertados en un 99.9%, además, con los avances en la tecnología, estos registros están listos en un menor tiempo, quince minutos, como máximo.

El tiempo suficiente para que se despidan si tienes la mala suerte de nacer omega recesivo.

Suguru avanzó a pasos lentos a el cuarto apartado, levantando la manga de su brazo para que pudieran extraer la sangre, se sentó en la silla y a los pocos segundos una aguja se abrió paso entre las capas de su piel, drenando solo la cantidad justa de sangre para la prueba.

El doctor lo miró mientras sacaba la aguja y se la pasaba a la enfermera para que comenzará la prueba.

Suguru era un chico bajo para su edad, delgado, cabello largo y rasgos delicados, como un omega... pero más que eso.

—Deberías despedirte —aconsejó mientras se daba la vuelta, huyendo de la mirada del pobre chico condenado.

Había sido enviado a hacer estas pruebas más veces de las que quisiera recordar, reconocía a un omega recesivo cuando lo miraba, incluso sin la prueba, solo quedaba rezar para que el chico tuviera un accidente en estos quince minutos y muriera de una forma rápida.

Suguru salió corriendo del lugar, su respiración acelerándose, los latidos de su corazón resonando contra sus oídos mientras se hacía paso para llegar con su familia.

Oh, su familia, ¿qué sería de ellos?

Abrió la puerta mientras las lágrimas comenzaban a salir de sus ojos, a sus padres solo les basto una mirada para saber que, aquello a lo que tanto temían desde que su único hijo había nacido, se había hecho realidad.

Lo atraparon en un abrazo, tratando de parecer fuertes, de darle a su hijo a algo que aferrarse, pero no podían, no cuando sabían lo que pasaría su hijo.

—Podemos esconderte —sugirió su madre— aún tardarán en venir.

Aunque la idea era tentadora, Suguru negó con la cabeza.

—Si se enteran que me escape los van a matar a ustedes.

Sus padres lo miraron y le acariciaron el cabello.

—Oh, mi dulce niño —susurró su madre mientras le besaba la frente— somos tus padres, estamos listos para dar la vida por ti en cualquier momento.

—Tu puedes escapar —le aseguró su padre— te falta una vida entera por vivir, nosotros ya vivimos lo suficiente, puedes hacerte pasar por un beta, con entrenamiento constante puedes hacer desaparecer los rasgos delicados.

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⏰ Última actualización: Mar 03 ⏰

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Angstruary (SatoSugu) 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora