La chica que soñaba enamorarse

9. La razón de mi sonrisa

El recreo también conocido como "la mejor parte del día" acababa de comenzar. 

—Hey, Jeral—hablo Alice, al encontrarnos por el pasillo.

—Alice, que tal tu día—conteste sonriente.

Mi amiga Alice era una chica muy guapa y era algo atrevida pero en el buen sentido de la palabra.
También era muy agraciada físicamente, era rubia y con unos ojos grandes y mieles.

Aveces me sentía algo pequeña a su lado, aunque trataba de siempre valorarme, ya que sentirme deprimida no era mi actividad favorita.

—por que tan sonriente—dijo tomándome por el brazo.

—¿Sonriente? Si yo me la paso feliz todo el tiempo—dije con sarcasmo.
Ambas reímos.

—Jeraldine, ¿donde quedamos para el trabajo?—apareció mi razón de sonrisa.

Míralo a los ojos.

—si quieres en mi casa—baje la mirada.

Al menos lo intente.

Le dicte mi dirección y le di algunas señales para que no se perdiera.

—si te pierdes puedo ir por tí, bebe—llama si te pierdes—dije con simpleza. 

—Gracias, ahí te veo—hizo una media sonrisa.—Adiós—y se fue.

Mis mejillas se enrojecieron. Y sentí la mirada de mi amiga sobre mi.

—Y ahí va tu razón—insinuó.

Asentí. Mi guapo compañero de trabajo.