Próg: todo y nada

374 48 62
                                    

Expediente 00: destino indecoroso.

★★★

¿Qué cambiarías?

Si tan solo pudieras hacer que algo fuera diferente, con la condición de renunciar a todo lo que conocías hasta el momento.

Ya sea como un deseo o pregunta retórica, el inicio de su vida como tal fue demasiado caótico. ¿Cambiar algo? Es posible desear eso. Pero en el mundo real debes aferrarte al camino que elegiste. O de otra forma, seguir lo que ya estaba predestinado desde un principio.

La vida es impredecible.

¿Existe un camino correcto...?

Era pasada la medianoche cuando, en un pequeño establecimiento de comida rápida en Denver, un comentario inoportuno, igual de inesperado que su naturaleza sistemática, salió a la luz.

Al menos, es así cómo recuerda el último día rutinario en su vida.

-Las situaciones inesperadas son como un constante déjà vu del que no puedes escapar, ni siquiera corriendo cientos de millas. Aspectos como tu pasado, acciones, o incluso algo tan profundo como el destino, siempre te perseguirán, sin importar tus intentos por evadirlos -dijo de repente.

Para él, limpiar mesas parecía más entretenido que entablar una conversación en ese momento. Era su último día ahí luego de trabajar con tanto esfuerzo durante dos años. Sin embargo, no era tan insensible.

-¿Y eso de repente? - inquirió Tweek, con una risa breve y un matiz de extrañeza en su tono, como si el comentario de su compañero de turno lo hubiera tomado por sorpresa y estuviera tratando de entenderlo. -Ah, ya sé, ¿estás drogado, cierto?

-Claro que no, ¿por quién me tomas?
- respondió sarcástico al mismo tiempo que enjuagaba el trapo en el envase de agua y jabón para asegurarse de que la mesa estuviera reluciente. -El trabajo es sagrado. Me ofendes.

-Claro - alargó un poco la palabra para resaltar la ironía. Antes de decir algo más se fijó en la hora en el reloj. Deberían cerrar pronto luego de limpiar algunas mesas más. Terminó de limpiar una mesa y pasó a otra. El trabajo era agotador. -Por cierto, ¿a qué se debe que dijeras eso?

-¿El qué?

-Ya sabes, eso sobre el ¿destino? ¿Cosas inesperadas? No entiendo. - inquirió nuevamente, Tweek no era alguien que fuera social de forma regular. Pero le incomodaba un poco el silencio y ya se había acostumbrado un poco a las ocurrencias de su compañero de trabajo. -¿Hay una forma más creativa de informar que estás cansado de limpiar mesas?

-Ah... eso - murmuró pensativo y luego soltó una breve risotada. Viendo su reflejo en la mesa que dejó reluciente decidió responder a la pregunta.
-Leí algo sobre eso en algún artículo del periódico, ya sabes, también trabajo como repartidor de periódicos. Solo divagaba un poco.

-Entiendo - suspiró pasando a limpiar otra mesa. -Es raro que no estés comentando cosas tan raras que pensé que al fin habías enloquecido.

-Eso no es verdad - afirmó cruzándose de brazos y dejándose caer en una de las sillas pegadas a la mesa. -Pero si te incomoda que hable de cosas extrañas, ya no lo haré.

-Ya no importa - dijo terminando de limpiar su última mesa y yendo a dejar todos los objetos de limpieza en su lugar para tomar su abrigo del perchero cerca a la salida. -Este es mi último día trabajando aquí, de todos modos. Me mudaré a pronto.

-No lo sabía - susurró al principio. Y luego le mostró una sonrisa triste.
-¿Puedo preguntar por qué? Si no te molesta.

Si lo pensaba, nunca se preocupó por ser demasiado amigable con los demás. Incluso en ese momento, todas las personas se veían cómo simples sombras en su vida.

Ídem - [Creek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora