Por qué.

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Me dispuse a divagar por el parque, estaba algo obscuro, embellecido por la naturaleza y el silenció del mismo. Agotada repose mi cuerpo sobre aquel banco celeste.

"-Pfff....-"

Estaba exhausta, pero melancolica. Realmente mal en cualquier de los aspectos, no es la primera vez.
Pero se siente completamente diferente.









El amargo en mi boca.

El amargo en mi mente.

El amargo en mi corazón.















El amargo en mi.

No desaparece de ningún modo, es extraño...Cómo el giro de los acontecimientos te mantienen así, dónde fuiste felizmente egoísta a nada.
























-"Pero..¿Puedes culparme?"-





















































- [Mucho tiempo antes.]-

Cansada, me senté frente a la pileta vieja. Descargando mi espalda en el respaldo de ese banco celeste. Di un suspiro de película. Actualmente estoy agobiada...Sin plata, ni trabajo, hogar, y mucho menos comida.

¿Que voy... hacer?

¿Que voy a comer?

Si quiera ¡Dónde voy a dormir!

Refunfuñe estrechando levemente mi mandíbula, di un pequeño re acomodo en mi espalda sin despegar mi tracero de la banca y susurre rechinando mis dientes.

-"Estúpido padre..."-

Pensamientos negativos como ellos no me dejaban en paz. Si tan solo el no hubiera sido tan ...Bueno EL. NO estaría con mis maletas, en medio del parque y con mi uniforme escolar. Tengo frío y estoy enojada.

Mis pensamientos fueron rápidamente espantados cuando la primera gota de una llovizna aterrizó en mi frente.


-"Genial.."-

A lo lejos, mi mirada se desvió al pequeño sendero, sabía que más arriba se encontraba la entrada del bosque o bueno, complejo de árboles antiguos que daban a un templo quizás algo abandonado.


No me importa, seré una rata. Pero prefiero eso antes que enfermarme o que me dé la puta hipotermia.


Con el pensamiento en marcha, tome algo agresiva pero decidida mi par de maletas con LITERALMENTE TODAS MIS PERTENENCIAS. Y fui sendero arriba, atravesando el conglomerado de árboles, que lentamente hacían el camino más difícil, eso sumando el aguacero que rápidamente se transformó en lluvia.

Empapada, con frío y hambre. Logré divisar una especie de letrero que reposa sobre una muy pero muy antigua valla de madera musgosa.

Me estaba invitando a devolverme, pero obviamente no hice caso a la advertencia. Lanze mis maletas por encima de la valla. Eso fue la parte fácil.


Bien.. Ahora lo feo..


Con torpeza me subí por encima de la valla, lo cual resultó claramente en una caída casi de cara si no fuera por mis manos. Me raspe parte de mis palmas, antebrazos y codos por ello, un dolor punzante amenazó mis rodillas manchadas de lodo y mis manos que habían amortiguado la caida.

Estuve allí unos minutos
...Dando pena.

Cuando decidí levantarme, tomar mis maletas y seguir con el sendero. Después de un rato la lluvia se apasiguo levemente, eso no quitaba el hecho que esté mojada. Para ser honestos, estaba perdida para este punto solo deseaba una cama...Suave, calientita y chocolate caliente.

En eso, mi vista capto una tenue luz amarilla. Era a simple vista como un leve tintineo entre la oscuridad cerrada del bosque. No dude dos veces en seguirla sin titubear o cuestionar la procedencia de la misma. Ni siquiera me di cuenta cuando estaba pisando el portal del templo.

Un arco viejo y antiguo de tonalidad verdosa por el moh. Parecía ser de piedra.

A primer pie dentro a la cavidad de la entrada. La luz se esfumó. Y un aura algo hostil cubrió mi columna, fue instintivo saber que no soy bienvenida en ningún aspecto.

-"Bueno..Ya que."-


Mencione para mí misma cuando apreté el agarre sobre mis maletas llenas y me adentre en el lugar.

Parte delantera mantiene un especie de jardín descuidado, junto a un especie de ¿Fuente? ¿Pozo de plegarias extra feo?
Va, dónde va la gente a tirar sus monedas por deseos egoístas.

Lo que resta del templo, es como una casa japonesa enorme, la madera se ve vieja, como si al mínimo sople se vendría abajo. Y no hablemos del olor a encierro.

Solté una de las maletas cuando moví la puerta corrediza de papel grueso y me adentre al templo. Un aire a desolación, hostilidad, abandono y claramente a viejo azotó mi pobre nariz.

¿Saben? Ni siquiera me importó. Cerré la puerta detrás de mi y dejé caer mi cuerpo sobre la madera vieja, dejando mis maletas lado a lado mío.















"...."















Mis ojos se cerraron pesadamente sin esfuerzo alguno. Sigo mojada, sucia y hambrienta.
Estoy agotada de luchar para sobrevivir haciendo malabares bobos.













Es..¿Tan difícil? Si quiera poder delirar añorando un chocolate tibio y una cama calientita..













...












Me dormí.

Final del día 1.
(Prólogo)

Un templo como el nuestro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora