"Ningún demonio es tan malo y ningún ángel es tan bueno"
"¿Tú realmente crees eso?"
"Claro, solo míranos, yo soy un ángel, pero no soy tan bueno como uno, en cambio tú, un demonio que es tan bueno como un ángel"
"Tonterías" Volteó sus ojos y se perc...
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Danef.
Las luces encantadas...
No había tenido el interés de ir a verlas, ya las había visto varias veces y ya no me llamaban la atención como la primera vez que las ví. Ya no me encantaban.
Pero...
Esta vez fue diferente, ésta vez sí fue encantador.
Ninguna estrella me encantó tanto como el brillo de sus ojos. Nunca imaginé que una mirada tuviese más luz que un cielo estrellado, tuviese más magia que una estrella fugaz y fuese más encantadora que Las luces encantadas.
Y una mirada, solo esa mirada bastó para que yo perdiera el control de las emociones, solo esa mirada bastó para que mi mundo diera vueltas en diferentes direcciones.
Una mirada, solo su mirada hizo que yo me extraviara en un abismo de encantos perdidos.
Y me encanta soñar, sueño con que puedo volver a ver el encanto de sus ojos, que sus ojos solo me miren a mí, solo a mí, que su encanto solo me encante a mí, que su luz solo brille para mí.
Sé solo para mí.
Al cerrar mis ojos puedo visualizar los suyos. Una mirada cálida con un atisbo de timidez y ternura. Él me mira y mi mente divaga, viaja a los deseos más fuertes que yo, Danef, he podido conocer y no los puedo controlar.
Él es mi deseo más fuerte.
Él es mi encanto más mágico.
Él, Rigellx, hace que mi mente se quede suspendida en todo él.
