"Ningún demonio es tan malo y ningún ángel es tan bueno"
"¿Tú realmente crees eso?"
"Claro, solo míranos, yo soy un ángel, pero no soy tan bueno como uno, en cambio tú, un demonio que es tan bueno como un ángel"
"Tonterías" Volteó sus ojos y se perc...
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Rigellx estaba pensando, últimamente pensaba mucho por culpa de cierto pelirrojo.
Habían pasado dos días desde la conversación que tuvo con Danef y todo lo que había hecho fue pensar. Pensaba en él, en la universidad, en el torneo, en Rosé, en todas esas cosas que no sabía cómo resolver.
Todavía no le había dicho toda la verdad a su mejor amigo y sabía que cuando lo hiciera Rosé se iba a molestar por haberle ocultado ciertas cosas.
Es muy temprano por la mañana y Rigellx ya estaba ocupado, se estaba confeccionado un traje para la final del torneo. Él quiere lucir hermoso y elegante, es por eso que se está esforzando mucho en hacer un traje que resalte más su belleza.
Llevaba varias horas en esto y ya no le faltaba mucho para terminarlo, mientras lo hacía él seguía pensando, viajaba con sus pensamientos y se perdía en ellos.
Pasó varias horas así, haciendo su traje y pensando.
No es fácil para él tomar una decisión.
No es fácil para mí dejar todo atrás.
Y si pone todo en una balanza, se da cuenta de las cosas que pesan más y sabe que cargar con ese peso no se compara con nada.
Estuvo pensando más de lo que debería, sus pensamientos carcomen su alma y su alma pide a gritos ser salvada.
A pesar de estar todo el tiempo pensando, pudo tomar una decisión, sabía que en algún punto se iba a arrepentir, pero quiere correr el riesgo, hoy él, quiere ser valiente.
Él quiere afrontar sus miedos.
Él quiere vencerlos.
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