Capitulo 1: Un vaso de esquites

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Calienta la mantequilla y el aceite en una olla grande a fuego medio-alto. Cuando se derrita la mantequilla y empiece a burbujear, añade el chile picado y cocina por 1 minuto, revolviendo frecuentemente hasta que se suavice.
Agrega el elote y cocina durante un par de minutos más. Vierte el agua en la olla, añade el epazote o cilantro y la sal.

Revuelve y deja que suelte el hervor, tapa, reduce el fuego a medio bajo y cocina de 12 a 14 minutos, hasta que el elote esté totalmente cocido.
Apaga el fuego. Puedes dejar el elote en la olla durante un par de horas.

Sirve el esquite en tazas o tazones pequeños. Deja que cada quien le ponga jugo de limón, mayonesa y/o crema, queso, chile piquín y sal al gusto.

Eran tan sabrosos.

“Solía preparar tantos como quería con las latas de maíz conservado barato que compraba en la tienda...”

Había estado lloviendo a cantaros por dos días seguidos y parecía que las nubes de aquel atardecer estaban listas para la siguiente ronda. El ocaso estaba próximo en esos momentos, adornando el cielo con desenfocados tonos naranjas, las nubes grises se amontonaban entre si, como si tratasen de acurrucarse entre ellas.

En la calle bajo ese dramático cielo, un joven de cabello albino estaba sentado en el suelo, no muy lejos de la solitaria parada de autobús.
El lodo había manchado la camisa blanca que formaba parte de su uniforme y gran parte de sus pantalones estaba húmedo por la reciente caída que desafortunadamente había tenido sobre un charco de agua, pero parecía que era lo que menos le importaba en ese momento era su aspecto, su rostro reflejaba preocupación e incredulidad.

Presionó su estómago, no había ingerido nada en todo un día, su único desayuno había sido un paquete con tres galletas y un vaso de agua, sonaba ridículo pero era cierto.

“no...moriré de hambre..."

Comenzó a hablar consigo mismo, quizá sus propias palabras podrían ayudarle a calmarse un poco, el susto lo había puesto mal y había perdido la fuerza por unos segundos, aún podía escuchar los chapoteos de las apresuradas pisadas de huida.

“Me llamo Atsushi, debido a ciertas circunstancias, moriré de inanición"

Eso no ayudó.

Y es que es normal que un estudiante universitario que viene desde fueras prefiera guardar su dinero para pagar su pasaje en lugar de llevarse algo a la boca, caso en el que nuestro querido protagonista se encontraba.

Siguió hablando, el frío provocado por la ropa húmeda y el clima helado le habían provocado ligeros temblores, Atsushi abrazó sus brazos, tratando de conservar calor.

“Tras ser asaltado hace unos minutos, me han quitado mi teléfono, mis audífonos y a pesar de que sólo tenía algunos cuadernos y libros de la biblioteca, también me han quitado mi mochila."

“Lógicamente también me he quedado sin dinero, aunque ya no creo que sea muy útil ya que...”

Ni siquiera pudo terminar la oración

El último camión recién acaba de pasar...

Atsushi trató de repasar los hechos, los cuales parecian ir absurdamente en su contra.
En cuestión de minutos había sido despojado de sus ficticias esperanzas de llegar sano y salvo a su departamento, listo para prepararse unos deliciosos esquites caseros mientras estudiaba para los exámenes que estaban próximos.
Ahora esos pensamientos se sentían demasiado lejanos en cuanto a la lamentable situación en la que se encontraba

“No tuve el coraje para enfrentarme al ladrón y simplemente lo observé alejándose con mis cosas, ni siquiera traté de pedir ayuda, quizá alguien... quizá no habría pasado esto..."

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⏰ Última actualización: Feb 25 ⏰

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