Marjorie Hernández y Yuniel Maldonado no son absolutamente nada.
No se conocen. No son amigos. No son pareja. Ni siquiera viven en el mismo país; más de cuatro mil kilómetros los separan.
Así que no hay razón alguna para que estén juntos.
En Cost...
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Omnisciente. 31 de enero del 2022
En el aeropuerto la emoción y la buena vibra de las vacaciones se percibe en el aire, aunque era opacado por los turistas yendo y viniendo de un avión a otro. En medio de la sala del aeropuerto, Yuniel Maldonado se dejó caer en los asientos de manera brusca y se agachó, con su cara entre sus manos para ocultarse y calmar la frustración que sentía cuando le dijeron que su avión despegó antes de que llegara. Justamente quince minutos atrás.
Estaba en problemas, tenía que llegar a España en menos 48 horas por un evento relacionado a su trabajo. Así que tuvo que tomar la única opción disponible en ese momento para lograr llegar a tiempo; un vuelo con escala.
Viajar de México a Costa Rica y desde Costa Rica a España. Usualmente los vuelos con escala es la peor decisión que una persona sin tiempo y paciencia puede tomar, pero Yuniel estaba desesperado y ya no había más opciones. De solo pensar lo que ocurrió por culpa de su abuela su estrés aumentaba.
Otra razón más para odiar a su familia paterna.
Mientras Yuniel se lamentaba de su mala suerte, en ese mismo momento Marjorie Hernández entraba a la sala, fingía ser una chica independiente y autónoma. Sintiéndose como en las películas americanas donde la protagonista adinerada se va de viaje al extranjero para escapar de su vida privilegiada para conectar con ella misma. Cuando en realidad caminaba detrás de sus padres, a un paso moderado para pretender que no los conoce y arrastrando su equipaje. Se acercó a los asientos y se sentó cerca de Yuniel, dejando un campo libre entre ella y él.
Yuniel la miró de reojo y sonrió, sus comisuras apenas se levantaron. Inmediatamente borró aquella sonrisa y volteó a ver a otro lado. Luego se dio cuenta que no era necesario disimular porque estaba usando lentes oscuros y nuevamente miró a Marjorie. Puede ver que está cansada y molesta, se nota en sus ojos. Es común sentirse así en el aeropuerto, la comprende ya que él se la pasa viajando seguido todo el tiempo.
Marjorie también lo miró de reojo, en el momento que él no la estaba mirando, frunció el ceño en una expresión de extrañeza cuando lo notó muy cubierto. Lentes de sol, una gorra y una sudadera de color negro. Se preguntó como hacía aquel hombre para no tener calor, no lo juzgó pero concluyó que sería algun otro gringo con un tornillo safado.
Ese fue su primer encuentro, dos extraños en un aeropuerto. Sentados y mirándose de reojo cada cierto tiempo sin darse cuenta que lo hacían mientras esperaban el mismo vuelo.
―¡Vení acá!
Una mujer le gritó a Yuniel, eso creyó hasta que levantó el rostro y se percató que la persona a la que realidad le hablan es a la muchacha a su lado. Ella no hizo caso a los gritos, los ignoró.
