c i n c o

122 2 0
                                    











S A I R A

— De todos los lindos que hay en esa comisaría, al más villero te agarraste, ñera. -habló Mateo cuando lo vió-

— Concuerdo totalmente con el relámpago. -dijo Jaz-  A ver, tenés al Colo, a Bautista y tenés a Elián, Saira. Son tres putos dioses Griegos, ¿este pelotudo te gusta?

— No me gusta, dije que me lo quería garchar. Y a ver, no me nieguen que tiene pinta de que coje piola. -dije obvia-

— Y... Viéndolo, debe tener unos 18. -dijo Mauro mientras lo analizaba- Y no estoy hablando de edad.

— Apuesto 1000 pe' a que 20. -dijo esta vez Mateo mientras le extendía la mano-

— Dale. -cerró el trato Mauro-

— Hombres... -dijo Jaz-

Después de lo que pasó ese día no me volví a cruzar a Nachito. No tenía muchas ganas de saber de él, le había hecho un pete re piola, para que después no me hable y ni siquiera me mire, me evita. Dios, lo odio.

Caminamos hasta la puerta de entrada, dejándonos ver a Julián y Nacho hablando. Obviamente lo voy a ignorar como toda forra que soy, quiero que él me salude.

— Hola, Colito. -dije saludando a Ju con una sonrisa-

— Hola, bombón. -me dió un beso en el cachete-

— Hola, Colito. -me imitó Mauro-

— ¿Hola, bombón? -dijo Ju-

Todos los restantes lo saludaron, y como Ignacio ni se mosqueó, pasamos directamente a la escuela. Todavía es temprano, así que nos quedamos boludeando en el pasillo. Me encanta que se haga el difícil, pero sé que es una de las personas más fáciles que hay.

— Hola, linda. Tomá. -me saludó Mariano y me entregó un papel- Te espero. -dijo en mi oído y se fue al baño-

Abrí el papelito, lo leí y dice "Te espero en el baño, unas ganas te tengo". Diu, que asco.

Pero es Mariano, un bombón más, así que no me voy a negar, voy a ir, porque dicen por ahí que garcha piola, ¿Quién soy yo para negarme?

— Ya vengo. -les dije a los chicos y directamente me fui-

Caminé hasta el baño, encontrándome a Mariano en este, apoyado en la mesada del lavamanos. Me acerqué, me agarró de la cara y empezamos a chapar, un chape con fuerza, nada de dulzura, solamente deseo y las ganas que nos tenemos. Me agarró de la cintura y me subió al lavamanos sin cortar el beso.

Su mano viajó desde mi cintura hasta mi entre pierna, metió la mano adentro de mi pollera y empezó a estimular mi clítoris con sus dedos. Gemidos ahogados salían de mi boca, pero quiero un poco más de acción.

— Vení.

Me bajé y lo llevé hasta uno de los inodoros, lo senté en él y me agaché para desprender su pantalón, saqué su pija erecta y empecé a masturbarla, se la iba a chupar, pero me paré. Él corrió mi tanga y me senté lentamente en ella, para empezar a dar cortos saltos.

— ¿Te cuidás? -asentí-

Sus manos posadas en mi culo, hacen que vaya más rápido. En el baño se escuchan nuestros gemidos y jadeos. Siento algo en mi parte baja avisando que me estoy por venir, y sé que él también, así que empecé a saltar más fuerte y rápido, después de un ratito nos corrimos casi a la vez, salí de encima suyo, y me acomodé la ropa al igual que él.

Terrible Yuta      //Ecko//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora