Mushoku Tensei - Rudeus Greyrat, El Aniquilador

Delincuentes con forma de gato y perro

Paso un mes desde que me inscribí. El tiempo pasa mas rápido de lo que uno puede imaginar, con una rutina diaria establecida me levantaba temprano como de costumbre. El sol aun no había salía del todo, si tuviera que establecer la hora diría que serian las 5 de la mañana o por ahí. 

Una remojada de cara, un cambio de ropa a una ropa mas flexible que mi ropa para dormir y mi rutina de entrenamiento diaria. Flexiones y abdominales para calentar, había optado por seguir una rutina que usaba en mi anterior vida, los músculos tardaban en recuperarse tres días, sobrecargarlos con entrenamiento solo causaría lesiones, fatiga y entre otras cosas. La mejor opción era hacer varios tipos de ejercicios para 2 partes del cuerpo y al día siguiente hacer lo mismo pero para otras partes del cuerpo, así consecutivamente hasta la recuperación muscular.  Con eso en mente me tocaba hoy entrenamiento de pierna y glúteos, todo esto dentro de casa para luego trotar al aire libre, y por ultimo un entrenamiento de espada. 

Era estúpido pero aun así quería hacerlo, blandir una espada con una mano hacia el blandir de una espada tosco y débil. Pero aun así quería hacerlo, mi entrenamiento con Ghislaine, mi entrenamiento con Ruijerd y mi entrenamiento con Eris no debía ser en vano, que pensarían ellos de mi si me rindiera tan fácil? ... 

Ya no era entrenar los músculos si no la técnica, por lo que podía hacerlo a diario sin consecuencias. Observar mis manos con callos y heridas era prueba suficiente de mi constante entrenamiento y dedicación. 

Debo hacerme fuerte.

Ese pensamiento estaba escrito con fuego dentro de mi cabeza, que me llevo a pensar en ello? La aparición de alguien fuerte, muy fuerte. Orsted.

Pero ... aun me sigo preguntando en que momento ... me impuse este objetivo. 

No tengo planeado enfrentarme a Orsted, solo es cuestión de estar preparado si es que el intenta tomar mi vida nuevamente. Para poder defenderme y defender a lo que yo amo. 

La imagen de Sara se reflejo en mi cabeza, su sonrisa cálida, su cara de enojo acompañados de dos sonrojos tenues en ambos cachetes, no estaba dispuesto a perderla. 

"Ah! ..." 

Sin darme cuenta solté la espada que había creado yo mismo con piedra, se había resbalado. La razón por la que se me había resbalado de las manos era por un liquido rojo en la palma de mi mano.

Era sangre.

Blandí tantas veces la espada con bastante rapidez, con toda la fuerza de agarre que disponía y con un objetivo claro.

"Debería vendarlo antes de que salga mas sangre"

Podía curarlo con magia de curación pero eso relajaría los músculos de mi cuerpo, el entrenamiento que habría hecho hoy no servirían de nada.

Después de un baño de agua fría y una vez cambiado fui camino hacia el comedor para tomar mi desayuno.

Seguía siendo temprano pero los estudiantes ya empezaban a transitar por los alrededores, unos con prisa y otros charlando en el camino. 

Ya había acabado mi desayuno pero no podía desperdiciar el tiempo, debía asistir a mi curso. 

Primero me inscribí en un curso sobre la magia ofensiva, tierra, agua y fuego. Desde hechizos básicos hasta avanzados, pero al pertenecer a primer año me asignaron a estudiantes del mismo año. 

Aunque mi misión principal era investigar sobre la calamidad mágica también quería aprender mas sobre la magia, mirarlo desde diferentes enfoques y puntos de vistas. 

Entendimiento de la energía mágica, cantos y encantamiento, tipos de magia, practica y estudio, y ética mágica. Eran unos cuantos puntos que el profesor nos menciono que íbamos a llevar a la practica.