El palo y la carne

205 24 6
                                    

En un ambiente completamente blanco, Hitogami se encontraba frente a una persona.

Rudeus? No, su contextura era diferente. Alguien más había sido llamado a los sueños de Hitogami.

Aunque no era Rudeus el presente se podía sentir la tensión en el ambiente.

Pero no era por parte de la persona frente a Hitogami sino del mismo Hitogami. Pero luego de mantenerse a la espera y escuchar las palabras del extraño la tensión de Hitogami desapareció.

"Ya veo ... Con que eso paso ..."

"Suena divertido"

Aunque el rostro de Hitogami era indescriptible para el ojo humano era fácil notar la alegría que rebosaba de él. Sus planes parecen haber salido a la perfección.

...

Pov - Rudeus

"Fire ball!!"

Grite para luego lanzar una esfera de fuego concentrada cuentro varios monstruos con el tamaño de un oso. La explosión fue suficiente para acabar con unos cuantos y ahuyentar a los demás.

"... Ya está libre"

Una vez con el camino libre Pursena y Linia salieron del carro de carga.

"Bien hecho jefe, ahora dejamos a nosotros nya!"

Dijo Linia tan enérgica como siempre mientras que Pursena asentía.

Las hierbas que necesitábamos estaban en este lugar, fue difícil el encontrarlas aún con el olfato de Pursena debido a que estás residían en una cueva llena de estos monstruos.

"Demonos prisa, el vendedor nos dará más dinero si nos apuramos"

Diciendo esto camine por delante de las chicas bestias las cuales me seguían por detrás.

Una vez dentro de la cueva ambas chicas empezaron a recoger las hierbas suficientes para el encargo.

Cómo era costumbre iba a ayudarlas, pero algo me detuvo. Al ver el suelo pude ver como una mancha negra se deslizaba a los interiores de la cueva.

Un rezagado?

Y sin perder el tiempo seguí el rastro.

Siguiendo caminando poco a poco escuchaba algo más aparte de ambas chicas bestias discutiendo. Era un tenue quejido.

Y cuando ya había llegado pude ver a un monstruo. Aquel monstruo había Sido afectado por la explosión de mi bola de fuego al ver sus considerables quemaduras en su cuerpo. Herido y al parecer al borde de la muerte pero aún de pie encarandome.

El lugar era oscuro pero gracias a la llama de fuego emanando de mi mano me era posible visualizarlo.

Y estando dispuesto a acabar con el debilitado monstruo me detuve al ver cómo este cayo al suelo. La fuerza de voluntad había sucumbido ante las graves heridas.

En ese instante pude ver algo más, mi cuerpo quedó inmóvil y un escalofrío recorrio mi cuerpo.

Quejidos.

Varios quejidos proveniendo de varios pequeñas crias, crias que se aferraban al monstruo malherido. Todas las crías rodeaban a lo que parecía ser su madre o padre.

Y antes de siquiera poder procesar todo lo que estaba viendo una de las crías se puso frente a mi. Encarandome.

Sus ojos lagrimeaban, grujia todo lo que su pequeña gargante le permitía, su cuerpo temblaba del miedo pero aún así estaba parado frente a mi.

Mushoku Tensei - Rudeus Greyrat, El AniquiladorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora