Nuestra familia

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Lena abría los ojos lentamente mientras Kara aún estaba abrazada a ella, había deseado tanto aquello que ahora pensaba que lo estaba imaginando pero no, la mujer que tanto amaba estaba en su vida y tenían muchas cosas por hacer aún.

—Lena... —murmuró Kara, moviéndose un poco en la cama, sin soltar el cuerpo cálido de su amada.

—Estoy aquí, querida —Lena acarició sus manos y entrelazó sus dedos para así mirar con detenimiento los anillos de bodas en sus respectivos dedos. Claramente, aquel había sido el día en el que habían decidido unir sus vidas, sus destinos. El dia que decidieron convertirse en una sola—. Ire a ver a las niñas, de seguro ya despertaron y no quiero que hagan desastre —dije con suavidad, se giró y miró como Kara abría sus ojos. Se quedó admirando el azul de sus ojos y Kara esbozó una sonrisa.

—Lori y Kieran están bien, cariño, quédate un rato más —Kara hundió su rostro en el pecho de su mujer y esta última, le acarició los cabellos con lentitud.

—Eres una perezosa, señora Luthor —se echó a reír.

La puerta se abrió de forma estruendosa. Miró hacia allí y vio a una pequeña de 3 años, de cabello rubio y ojos dormidos entrar en la habitación arrastrando su mantita. Kara levantó la cabeza y fulminó con la mirada a la niña. Le iba a quitar su comodidad.

—Mamis... Quielo dolmil con ustedes —arrastró las palabras con su tono infantil y alzó su rostro hacia sus madres que aún yacían tumbadas sobre la cama. Kara se hizo a un lado y Lena se acercó al borde de la cama. Le extendió los brazos a la pequeña y con su ayuda pudo subirla a la cama.

—¿Y tu hermana, preciosa? —Lena sentó a la niña sobre su regazo y le llenó su cabecita con besos.

—Esta dolmida, mami —bostezó. Kara tomó una manita de su hija y besó sus pequeños nudillos. Amaban consentir a aquellos dos soles que habían traído al mundo.

—Bueno, bebé Kieran, si vas a dormir tienes que hacerlo, ¿si? —la mayor le acarició su sedoso cabello. La niña asintió. Kara soltó su manita y se acomodó boca abajo para así abrazar la almohada y planear seguir durmiendo.

Lena acostó a Kieran junto a Kara. La tapó con su propia manta y luego dejó un beso sobre su cabello, viendo como se dormía al instante.

—Listo, ya quedó la más pequeña —murmuró Lena. No recibió respuesta por parte de Kara, sólo escucho un leve ronquido. Se tapó la boca para no reír e interrumpir su sueño.

Bajó de la cama, se calzó las sandalias y caminó fuera de la habitación, dirigiéndose a la de sus hijas. Al entrar, vio a Lori, su hija mayor de 7 años, dormida en su cama. Sonrió. Jamás pensó tener esta vida. Tan perfecta y tener la familia que siempre quiso.

Sintió unos brazos rodearla y se sobresaltó un poco por la sorpresa. Kara dejó un pequeño beso en su hombro.

—Ella se ve hermosa.. tal como es su madre —dijo con voz melosa. Lena sonrió y se giró hacia la otra. Rodeó su cuello con sus brazos y le robó un besito

—Ambas lo son, y ustedes tres son mi mayor regalo —sonrio ampliamente mirando fijo a la mujer frente a ella.

—¿Y si hacemos otro? —Kara le devolvió el beso. Lena se echó a reír.

—Solo uno más, ¿si? —le guiñó el ojo. La besó nuevamente sólo para sentir unos pasitos acercarse. Se separaron y Lori estaba junto a ellas, frotándose un ojito.

—Quiero dormir con ustedes —hizo un tierno puchero. En eso tenía mucha similitud con Kara pero en el carácter y físico, era tan como Lena. Era una Luthor—. ¿Kieran dónde está? —mantuvo aquel puchero. Kara la tomó en brazos y la niña descanso su rostro en el hombro de la mayor.

—Está durmiendo en nuestra cama —respondió Kara y se encaminaron a la habitación.

One Shorts SupercopDonde viven las historias. Descúbrelo ahora