Algo Quiero Querer ||Soukoku||

01.- UNA FLOR MÁGICA

Esta es una historia de muerte... o eso se creía. 

Hace muchísimos años una lagrima del sol cayo a la tierra, naciendo de esta una hermosa flor, que irradiaba una luz tan cálida y hermosa, unos la describían como ver la belleza y calidez del sol en persona, así permaneció esta flor, hasta que años después llegaron los primeros pobladores de lo que actualmente es un prospero y gran reino, tanto los reyes como los habitantes, en ese momento quedaron fascinados con la belleza de aquella flor y se empeñaron en proteger e investigar sobre ella. Después de un tiempo, descubrieron que esta flor tenia el poder de sanar a los enfermos y traer prosperidad a la tierra en la que habita, este regalo del cielo no solo hipnotizaba a cualquiera con su belleza, sino que cuidaba al pueblo, donde se plantaron sus raíces. Es por eso que es el escudo de nuestro reino, mi querido Chuuya.

Termino de relatar una elegante mujer cobriza, mientras acariciaba la cabellera rojiza de su hijo, este la observó fascinado con sus enormes ojos azules.

-¿Mami podemos ir a ver la flor ahora? -

El cansancio se notaba en la voz del pequeño y para Ozaki Kouyou, su madre, esto no paso desapercibido.

-Por supuesto cariño, lo haremos mañana por la mañana, pero ahora necesito que ya vayas a dormir-. Menciono con una dulce voz, antes de darle un tierno beso de buenas noches  

El pequeño Chuuya Nakahara de apenas 6 años, confiaba en su madre mas que en cualquier otra persona, así que sin insistir nuevamente, se acurruco en su cama. Antes de caer dormido se escucho un - Buenas noches , te quiero mami- por parte del pequeño. 

-Y yo te adoro mi niño-   Se despidió con cariño, mientras salía de la habitación y cerraba la puerta.

-Kouyou, hermana, ya es tarde...-

-Chuuya ha tenido bastantes pesadillas últimamente, y se que también a ti te preocupa, Mori, si no fuera así, tu estarías en la sala de Reunión comenzando sin mi- menciono enojada por ser apresurada y sin voltear a mirarlo, tan solo apoyando su mano contra la puerta de la habitación. No quería dejar solo a su hijo, quería estar ahí para consolarlo y mimarlo, si es que en cualquier momento de la noche volvía a despertar llorando, tratando de contarle como un anciano quería llevarselo y alejarlo de ella.

Mori tan solo sonrío compartiendo la preocupación de Ozaki -Empezar sin mi hermana, no me iba a hacer quedar como un buen rey, así que no es solamente por Chuuya- no lo admitiría tan fácilmente, pero era verdad, le preocupaba el bienestar de su adorado sobrino. 

Kouyou por fin se separo de la puerta para voltear y mirar a Mori -Desde que te volviste rey te has vuelto muy egocéntrico, hermano- dijo antes de sonreír y dirigirse a la sala de Reunión 

                                                                   ❁❁❁❁❁

-¡Es una locura, han pasado décadas y todavía no sabemos la ubicación del líder de las ratas!-

-¡Y lo que es peor, aun ni siquiera conocemos su rostro!-

-¡De seguro tenemos varios infiltrados en nuestro territorio!-

Mori y sus aliados ya llevaban discutiendo alrededor de dos horas, sobre el bando enemigo y lo fuerte que se estaban volviendo sus ataques en contra del reino, la desesperación ya había hecho acto de presencia en aquella sala gigante, a pesar de todo aquello, Kouyou no lograba concentrarse, por alguna extraña razón le preocupaba de sobremanera Chuuya, sentía que algo no estaba bien, no solo eran las constantes pesadillas del pequeño, era algo mas... era un presagio.

cuando hizo contacto visual con Mori, confirmo que ella no era la única con aquel aterrador presagio. Mori al notar la mirada aterrada de su hermana levanto su mano en señal de silencio, cuando entonces...

una detonación se escucho a lo lejos, estaban atacando al reino, Mori rápidamente desplegó sus tropas para defender a su gente, mientras tanto Kouyou corrió en dirección a la habitación de Chuuya.

Podía jurar que su corazón se tuvo unos segundos, a pesar de haberse paralizado, su cuerpo no paraba de temblar, el miedo y desesperación que sintió en ese momento eran indescriptibles, Chuuya no estaba en su cama, ni en ningún lugar de su habitación y cada vez se escuchaban las detonaciones mas cerca del palacio, acompañadas de más gritos desesperados de su gente, siendo masacrada.