Puñetazos sin control

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Violeta llevaba dos meses bastante estresada . Esto de haberse mudado a la capital para trabajar le había dejado muy muy cansada y agobiada , ya que preparar una mudanza desde Motril hasta Madrid no es que haya sido algo muy sencillo .

Debido a su trabajo , la antigua reportera decidió que mudarse era lo mejor . La música es algo por lo cual hay que viajar constantemente , más a sitios como Madrid , ya que es donde se concentran la gran mayoría de profesionales de la industria , por lo que puso rumbo hasta estar en el piso en el que vive ahora .

Encontró como compañera a Denna , novia de Alex , un productor cordobés que conoció en uno de sus bolos en Córdoba y de quien se hizo amiga . Denna también estaba allí por lo mismo que la pelirroja , además de que trata de presentarse a varios castings para series o películas .

Debido a esto , a las presiones de la discográfica y a lo que le estaba costando adaptarse a la nueva ciudad , Violeta estaba devastada . Por mucho que lo intentaba , no lograba levantar cabeza y ésto la hundía .

Denna , al ver así a la pelirroja , decidió llevarla consigo a su gimnasio , que ella consideraba y llamaba " su lugar de desconexión " . Al principio , Violeta se mostraba totalmente en contra de ésto , pero llegados a ese punto , le daba igual todo y solo quería encontrar una forma de poder levantar su ánimo .

Cuando entraron en el gimnasio, estuvieron durante un rato en la cinta , hasta que la rubia recomendó a la andaluza pasar por la sala de los sacos de boxeo . Toda aquella rabia que tenía contenida debía sacarla de alguna forma e igual unos cuantos puñetazos eran la solución.

Violeta , con sus cascos puestos , se dirigió a aquella sala que estaba completamente vacía . Cogió los primeros guantes que encontró y se dirigió al saco más cercano , comenzando a pegar sin control alguno , sintiendo como toda la rabia y enfado que tenía dentro de sí misma salía de su cuerpo . Igual mañana tendría dolores en todo el cuerpo y los puños rojos como tomates , pero por tal sacar todo fuera , le importaban poco las consecuencias .

No sabía cuánto tiempo llevaba pegando al saco de aquella forma , pero bajó el ritmo cuando escuchó , a pesar de llevar cascos , una voz femenina . Al parar , comenzó a mirar en todas las direcciones, encontrándose detrás suya a una joven chica morena , que se ataba unos tibiales sentada en el banco de aquella sala .

- Perdona , ¿ Has dicho algo ? - preguntó Violeta a aquella desconocida

- Que te vas a hacer daño si sigues pegando de esa forma - dijo la morena

Para Violeta, no pasó desapercibida la voz de aquella chica pelinegra, una voz dulce con un acento muy peculiar .

- Ahora mismo es lo último que importa - dijo mientras dejaba los cascos en el suelo como podía y seguía pegando

Tras diez minutos aproximadamente , notó como unos guantes agarraban su cadera .

- Eres buena con la derecha , mantén la guardia y pega ahora , me lo agradecerás cuando veas que evitas los problemas de espalda - dijo la pelinegra posicionando su cintura de una forma concreta .

Para la cantante , notar el aliento de aquella chica en el cuello le supuso un escalofrío que no notó nunca , era una nueva sensación que jamás había experimentado con alguien .

Aquella chica le despertaba algo nuevo, algo que sin saber por qué , quería descubrir . La miró mientras se dirigía hacia otro saco para también comenzar a lanzar golpes , pero con una técnica impecable . Se notaba que aquella chica debía llevar bastante tiempo practicando ese deporte ( el cual Violeta no sabía identificar ) , ya que intercalaba tanto puños como patadas con una maestría digna de un profesional en la materia .

Violeta y chiara - one shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora