♠︎9. Entre sonrisas y recuerdos♠︎

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♠︎Oliver♠︎

Me duelen los pies de tanto bailar, siendo la primera vez que lo hacía con gran alegría, sin recibir un golpe por parte de un maniático tatuado. Pero es lo que me gano por querer quedarme.

Ya son más de las cinco, me fui junto a Patrick quien se tomó un colectivo, queriendo acompañarme a mi casa, pero era algo que no podía aceptar, y más sabiendo que no podía llegar a mi casa a estas horas y después de mentirle a mis padres.

Ahora solo camino por las veredas, viendo como los locales comienzan a abrir, la gente sale de sus casas para irse a laburar, los autos que pasan por la calle, algunos que salen de otros boliches casi en pedo, caminando como zombies hacia sus casas posiblemente. Era divertido verlos, y más cuando yo nunca estuve así.

Me detengo en una esquina junto a un semaforo, junto a un grupo de chicos que había salido de un boliche cercano. Saco mi celular del bolsillo de mi pantalón y miro la hora, encontrándome con más de diez mensajes por parte de los trillizos, quienes preguntaban en donde me encontraba, que hacia y con quien estaba. Se preocupan más que mis padres.

Decido ignorar los mensajes y volver a guardar el celular, habiéndome olvidado de ver la hora, pero sin darle tanta importancia en aquel momento, cruzando la calle y pensando en que lugar quedarme un rato, antes de decidir ir a mi casa a un horario que no fuese tan sospechoso. Tipo diez de la mañana maso menos.

Pienso un poco, sabiendo que no habían muchos lugares a los que pudiera ir, sintiendo como el sueño quería apoderarse de mi, pero manteniendome en pie mientras que caminaba en busca de un lugar en donde comprar un café, recordando así que estaba cerca de la ruta una estación de servicio, donde podía estar tranquilamente un rato mientras que desayunaba algo. Mejor plan imposible.

Me asegure de tardarme más de una hora en llegar hasta la estación de servicio, la cual se encontraba cerca de un McDonald's, perfecto lugar también para tomar un desayuno. Pero prefería la estación de servicio, allí si podía comprar después algún energizante para después.

Llegue a la estación de servicio, donde habían algunos autos cargando combustible, mientras que en el interior del local habían personas desayunando o comprando algo. Cruce la calle y corrí al interior del local, sintiendo el olor a medialunas y café, al igual que un clima fresquito, gracias a los aire acondicionados.

Lo primero que hice al llegar fue mirar un poco el lugar, viendo las heladeras con bebidas -sin alcohol claramente- frías, algunos snacks, golosinas, y cigarrillos. Lo común. No fumes que te vas a casar muriendo según dicen las cajitas de los mimos. Que estupidez. ¿Pa que los venden entonces?.

Pedí el desayuno común, el cual era un café con leche y una medialuna con jamón y queso para acompañar, y poder tener al menos un sólido en el estómago. Me quede a esperar junto a la caja, mirando a las pocas personas que estaban ocupando las mesas en el interior, mientras que pensaba un poco, recordando la noche de fiesta que se me ocurrió tener, y de las explicaciones que le tendría que dar a los tres idiotas a los que llamo amigos, los cuales me cubrieron con mis viejos y esperaran una buena escusa de mi parte.

Pronto trajeron mi pedido y me fui a sentar a una de las mesas vacías, poniendo mi tacita de café la mesa y junto a ella mi medialuna con jamón y queso. Hace mucho que no comía una.

Prendí mi celular mientras que abría Instagram y miraba un par de reels, entreteniendome un poco mientras que tomaba mi café y me relajaba, sintiendo como poco a poco el sueño de me iba, teniendo que esta vez estar otro día más despierto sin dormir y posiblemente con el cuerpo pasándome factura por la fiesta que me di anoche. Agradezco que no tome alcohol, eso me salva de muchas cosas.

Cancion color MagentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora