La historia sigue a Leia Elena Black, una joven de la casa Slytherin cuya lealtad se ve dividida entre los oscuros ideales de su familia y su propia conciencia, en medio de la guerra mágica Leia toma decisiones valientes que desafían las expectativa...
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Thomas con su imponente presencia, la miró con una mezcla de satisfacción y expectativa, reconociendo la chispa de rebeldía en su nieta, decidió que era momento de incluirla en las conversaciones familiares, con un gesto imperioso indicó al elfo doméstico que sirviera vino a Leia quien aceptó con una resignación palpable, consciente de que cualquier otra opción habría resultado en un desafío peligroso, mientras el elfo se retiraba, Thomas tomó la palabra, su voz resonando con autoridad en la opulenta sala — Es hora de que Leia se una a nuestras conversaciones familiares — declaró, sus ojos escrutando a su nieta con intensidad — Es lo que corresponde a una joven de su linaje y estatus, de ahora en adelante, espero que estés presente y participes en nuestras discusiones — los padres de Leia intercambiaron miradas de incredulidad y preocupación, Leonard abrió la boca para protestar, pero un golpe en el brazo de parte de Thomas lo hizo callar de inmediato, Margaret, con una mirada severa hacia su hija, le indicó con un gesto que obedeciera pero aun así Leonard no se quedó callado — Thomas, ¿estás seguro de que es apropiado incluir a Leia en estas conversaciones? Creo que aún es muy joven — preguntó Leonard con voz tensa, luchando por contener su preocupación, Thomas lo miró con frialdad — Leia tiene la edad suficiente para comprender los asuntos de la familia — respondió con firmeza — Es importante que esté al tanto de todo lo que concierne a nuestro linaje y nuestras creencias — Margaret asintió con aprobación — Es una tradición que se remonta a generaciones atrás — añadió con solemnidad — Leia necesita entender su lugar en la familia y en el mundo mágico, no podemos permitir que la debilidad o la ignorancia nublen su juicio — Leia escuchaba en silencio, sabía que sus abuelos estaban decididos a moldearla según sus propios deseos, pero en lo más profundo de su corazón, anhelaba la libertad de ser quien realmente era
El sonido de los cálices resonaba en la habitación acompañado por el chisporroteo del fuego en la chimenea, los ecos de la conversación se deslizaban por la estancia como sombras danzantes en la penumbra, el tema de Sirius, el traidor fugitivo, se alzó como un espectro entre ellos llenando el aire con una tensión palpable, Leia con su curiosidad ardiente apenas contenida, decidió abordar el tema directamente — ¿Qué opinan ustedes de Sirius? — preguntó con cautela, su voz apenas un susurro en la vastedad de la sala, sus ojos se encontraron con los de su abuelo, buscando las respuestas ocultas en su expresión impasible, Thomas tomó un sorbo de vino, sus labios fruncidos en una mueca de desdén — Sirius es un traidor sin honor — sentenció con firmeza, su voz resonando en la habitación con un tono de desprecio palpable — Ha manchado el buen nombre de nuestra familia y ha traicionado los principios que defendemos con tanto fervor — Margaret asintió, sus ojos brillando con una determinación inquebrantable — Es un símbolo de todo lo que está mal en el mundo mágico — agregó con voz grave — No hay perdón para aquellos que renuncian a la pureza de sangre y a la lealtad a nuestro Señor Oscuro — Leia escuchaba las palabras de sus abuelos con una mezcla de pesar y conflicto interno, a pesar de sus diferencias ideológicas, sabía que debía mantener la compostura y mostrar respeto hacia sus mayores, aunque eso significara ocultar sus propias convicciones
