❝ 𝐊𝐯𝐲𝐚𝐭, 𝐖𝐡𝐨? ❞ || Chestappen

Max POV

Para Max la vida no podía ir mejor, todo le salía bien, a sus cortos dieciocho años había logrado pasar al equipo principal de Red Bull, al lado de su mejor amigo del momento. Podría mentir y decir que sentía lástima por Kvyat, pero estaba tan feliz que lo único que pudo hacer por el ruso fue no hablar de él, explicando que lo único en lo que estaba concentrado era en demostrar todo lo que podía hacer con esa gran oportunidad.

Su victoria en España había hecho que todos hablarán de él, era la nueva promesa de la F1, pero lo que sin duda lo mantenía motivado era que después del podio y las entrevistas, cierto alfa tapatío le había felicitado. Se había sentido como un sueño, aquel corto abrazo por los hombros hacía que su mente aún adolescente se hiciera mil y un escenarios al lado del mayor.

Lo cierto es que sentía un crush por Sergio desde que era un cachorro que competía en karting. Su parte favorita de ver cualquier Grand Prix, más allá de obviamente la carrera, eran las entrevistas, donde podía ver al mexicano. Con catorce y quince años ya babeaba por el pecoso, aunque trataba de mantenerlo oculto de su padre, quien posiblemente odiaría la idea de que su pequeño deseara estar en un futuro al lado del número once de la parrilla.

Secretamente era algo así como un fan y al mismo tiempo deseaba demostrarle que podía ser el mejor, no solo el mejor omega, el mejor en todo, en todos los aspectos. Buscaba siempre la manera de cruzar aunque fuera solo un par de palabras, sintiéndose emocionado cada que le eran dedicadas palabras de aliento, que si bien no creía necesitar, si provenían del mayor, siempre serían bien recibidas y no solo las palabras, lo que le quisiera dar. Nadie podría culparlo de sus pensamientos que a veces se volvían poco cristianos, pero apenas y estaba dejando la adolescencia.

Las veces que habían compartido algún abrazo las atesoraba en su mente, aunque a veces se preguntaba porque parecía tan renuente a mantener un abrazo más largo, o porque parecía no darse cuenta de sus coqueteos; como la vez en que se paseó por el garaje de Force India, dejando suavemente su aroma sobre el monoplaza de su crush y este solo le acarió la cabeza con ternura, en parte lo agradeció pero no era lo que deseaba.

Sus dudas se esclarecieron cuando en 2018, la relación que al parecer llevaba con Kvyat se hizo pública junto al embarazo de este, pensó que tal vez sería una de esas parejas donde por la presión y ser figuras públicas se vieron obligados a anunciarlo.

Dentro del paddock había escuchado a Fernando y Carlos hablar sobre el futuro cachorro del alfa y como este mismo había expresado que estaba feliz por la noticia, que era lo que lo había hecho retractarse de dejar al ruso. Agradecido por las lecciones de español que tomaba en secreto para un día sorprender a su amado, porque si, estaba seguro que ese crush se había vuelto admiración y después amor.

Con aquella información en mente pensaría en que hacer, conocía el temperamento del omega que se interponía en su unión con el alfa. Cuando lo comentó con Daniel este le hizo considerar el hecho de que estaría con un alfa que vería por un cachorro. Había sonreído ya que su amigo le hablaba como si tuviera completa fe en que estaría al lado del mexicano.

Con el embarazado fuera de las siguientes carreras, comenzó a acercarse a Sergio, siempre como si buscara consejos, incluso cuando pensaba no necesitarlos, recibía palabras que le ayudaban, sin duda eso era algo que lo enamoraba más y poco a poco fue creado una amistad más cercana con el alfa.

Después de alguna carrera, recordaba como Sergio bebía amargamente en la esquina del bar, se había acercado y aunque no logró conseguir un beso, si consiguió algo mejor. Información.

Le había consolado después de que el ruso hubiera llamado insistentemente para que regresara al hogar que estaban compartiendo en Alemania, incluso parecía que el hombre sentía repudio por el país germano. Se quejaba de cómo su pareja se había vuelto más controlador y celoso en el embarazo, al punto donde le amenazaba con irse y jamás dejarle ver a su cachorro si no cedía a sus peticiones.