Extra I

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La primera vez que convivió con Pato siendo pareja de su padre fue curiosa, era la primera vez que el cachorro de tres años le veía fuera del paddock sin el resto de los amigos del alfa. Tenían un par de meses de haber comenzado su relación y había decidido acompañarle a México.

Podía ser un monstruo en la pista, un insolente o un omega rebelde, pero nada, ni siquiera su padre, le habían preparado para ser madrastra.

Una frase que solía decir Sainz y su pareja describían perfectamente como se sentía en ese momento.

Estar cagado de miedo.

Había esperado por tanto tiempo estar con Sergio, sin embargo nunca pensó en la probabilidad de que este ya tuviera un hijo, del cual tendría que ganarse su cariño.

Aquella tarde el mayor había ido por el al aeropuerto junto al pequeño Pato que dormía plácidamente en los brazos de su padre, por lo que a su llegada solo recibió un beso en la mejilla.

Una vez en el hogar de los Pérez, el menor despertó pidiendo atención, aunque al ver al omega extendió sus manos hacia el.

"Maxie, Maxie" soltaba esperando ser cargado por el joven que tenía ese aroma suave, tan distinto de un alfa.

Max no se pudo negar y sonrió al sentir como Patricio se abrazaba a su cuello, aspirando el aroma a tulipanes y crema batida que emanaba de la zona. Aroma que ya era una obsesión para el alfa de la casa.

Sergio veía embobado la escena, se acercó para tomar a su pareja de la cintura y tener al par en un corto abrazo. Esa semana sería la mejor si todo salía bien.

Lo que el par se adultos no sabía era que Pato ya tenía sus propios planes, aquel año había sido el primero en que había asistido al jardín de niños por lo que ya había notado la falta de una madre o un padre omega. Sus compañeritos siempre eran llevados por omegas —aunque en varias ocasiones eran sus nanas—, el deseaba algo así.

Escuchaba a sus amigos hablar sobre sus madres, y aunque su padre siempre trataba de estar con el, su trabajo a veces hacía que no le viera por muchos días teniendo que quedarse con sus tías Paola y Carola.

Casi todos los omegas con los que convivía eran parte de su familia o tenían el olor de algún alfa, como su tío Charles, todo esto su instinto le decía que no podían estar con su padre, aún sin que entendiera precisamente lo que era estar en pareja.

Ahí es donde entraba el neerlandés, que a diferencia del tío Charlie, solo tenía su propio olor, a veces mezclado con el de su padre, por lo que su mente inocente y analítica le dio una respuesta totalmente lógica. Max era su madre, o bueno, su padre omega.

Era como lo describían sus amigos, un omega bonito, que siempre estaba con su padre alfa, aquella semana en que estuvieron juntos, lo sintió perfecto, como si así debiera ser siempre.

Por lo que una noche mientras los tres veían una película en la cama del alfa, gateó hasta subirse en el regazo del rubio, llamando su atención.

"Mami" Soltó alargando la 'I' haciendo que la pareja se viera entre ellos, nerviosos pero con pequeñas sonrisas adornando sus labios. Los brazos del omega le rodearon así como los del alfa a ambos.

"Creo que ya no podrás huir de nosotros" Susurró Sergio contra el oído del menor y este solo negó divertido, lo que menos quería era alejarse y menos ahora que tenía la bendición de Pato para estar con su padre.

Pronto las semanas y fines de semana de visita se transformaron en tener su propio espacio en el clóset del alfa, su productos de skin care en el baño y en las mañanas de llevar al pequeño a la escuela.

Los fines de semana de carrera eran esperados con ansias, pero en especial el regreso, para seguir llevando esa vida hogareña.

Por otro lado, Patito era feliz al ver a su otro padre, ya que al parecer prefería que le llamara de esa forma. Amaba sentir que ese huequito de su corazón era llenado.

"Pato, dile a papá que venga a comer" Pidió el omega cuando termino de hacer unas quesadillas. Tan enamorado estaba que había aprendido a cocinar, sabiendo que les sobraba el dinero para contratar a alguien que les hiciera la comida, era más especial hacerlo el mismo y mucho más si eran delicias del país de su alfa.

"Si, papi" El pequeño corrió hacia el patio donde su padre estaba limpiando la piscina del hogar.

Con los tres en la mesa, compartieron la comida como en otras tardes, entre risas y pláticas aptas para el entendimiento del cachorro que ya podía presumir de tener dos padres pilotos de Fórmula 1.

Gracias por leer 🤍

❝ 𝐊𝐯𝐲𝐚𝐭, 𝐖𝐡𝐨? ❞ || ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora