𝐘𝐎𝐔𝐍𝐆︱ScaraHei︱

OO

➥|Hi, por favor, no olviden dar estrellita al final de la lectura, por supuesto, si es su agrado. Bye bye

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Scaramouche pasa cada uno de sus días en el gimnasio, viendo la vacía cancha de basket ball hasta que entra el equipo a entrenar, y desde ahí, sus alertas se encienden.

Cada roce, mirada, sonrisa, aquellas diminutas gotas de sudor que caen por el cuerpo de Heizou, no pasan desapercibidas para el de ojos azul oscuro, oh no, claro que no.

Pero de un momento a otro, los cabellos de Scaramouche se ponen de punta en cuanto llega la hermosa novia del pelirrojo que tanto le fascina, y se retuerce en su mente al ver como sus labios se juntan, al ver como Heizou rodea la cintura de la preciosa peli morada.

De un momento a otro, se levanta de su asiento, saluda a algunos del equipo y pasa su brazo por el costado de su amigo, el chico que le gusta.

- Los veo un poco muy enamorados - Dice con una sonrisa, con un tono burlesco que todo mundo reconoce.

- Por supuesto, aunque lo estaríamos más si Heizou... - Sara lo piensa un momento, antes de reír y mirar al de cabello azul oscuro - No fuera un niño fresa y narcisista- Ambos ríen.

- No lo soy, solo es que - Heizou intenta reclamar, aunque calla al segundo al no tener algo en mente, aunque realmente no le interesa dar explicaciones, y Sara vuelve a hablar, con un "Admítelo, lo eres", y el pelirrojo grita.

- Basta chicos, si vuelven a discutir, será la séptima vez...del día - Scara se cruza de brazos mientras sonríe por lo que dijo, y ahí es cuando Sara y el voltean a ver al oji-ambar.

- No soy fresa, es que... - Y otra vez, se había quedado con la mente en blanco, mirando hacia el techo pensando en que iba a decir- Alguien como yo tiene necesidades que no son fáciles de llenar - Comentó con un tono firme y seguro, algo narcisista si le preguntan a cualquiera- No me miren así, solo digo la verdad- Bromea, para irse de inmediato al centro de la cancha y robar el balón para encestar, por así decirlo, seguir jugando.

"Tan egocéntrico" Pensó al lado de Sara, para luego volver a su asiento mientras ella se retiraba, solo se quedaría a verlo unos minutos más, los suficientes hasta que llegue la hora de volver a su salón para tomar la clase, que lastimosamente no compartía con su chico.

Si le preguntaran a Scaramouche cuanto le gusta Heizou, el no podría describirlo, ya que siente que su amor no tiene límites, no cuando Heizou lo saluda, lo mira, cuando habla seductoramente a cualquiera sin que se de cuenta, y eso vuelve loco al orgulloso de Kunikuzushi.

Y aún recuerda ese día, tan caluroso, donde la piel del chico que tanto ama sudaba, tan agitado, tan jadeante en aquel partido, aquella vista solo hizo palpitar el pecho de Scaramouche, y palidecer al sentir su intimidad endurecer.
Recuerda que tuvo que correr hacia los baños antes que alguien se diera cuenta, y lo mejor para el momento es que no había nadie.

Cerró la puerta con el seguro, y simplemente se metió en algún cubículo, bajo sus pantalones deportivos y acarició por encima de sus bóxers, pero realmente no ayudó mucho, tuvo que meter su mano y enrollarla en su duro pene.

Bajo y subió, cerro los ojos, imaginando a Heizou con aquel uniforme del equipo de la escuela, tan pegado y mojado, su piel blanca brillando con las gotas de sudor que tanto envidiaba, y con una mano intentando darse aire, tan solo pensar en eso lo hizo correrse y volver a estar erecto en un par de segundos.

No duro mucho cuando tuvo que salir, perderse a su amado no era su actividad favorita, se limpió las manos y cara, se sentía caliente, ardiendo por dentro, una sensación que le encantaba.