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Según Aristóteles, "la música es fundamental en la educación de los ciudadanos, ya que puede provocar o moderar las pasiones y tener un impacto en la moral. La música imita las pasiones de manera directa, por lo que puede influir en la formación de
nuestro carácter. La música es una forma de conocimiento y una expresión pasional en sí misma, más que una representación de las emociones.".

La música, como forma de expresión artística, ha intrigado a filósofos a lo largo de la historia. Desde los antiguos griegos hasta pensadores más contemporáneos, como Nietzsche y Adorno, la música ha sido objeto de reflexión filosófica. En "Musicophilia" de Oliver Sacks, se brinda una perspectiva científica y clínica sobre la música y su alcance en nuestras vidas, explicando las grandes hazañas de la música y su uso como "la cura y la enfermedad" que se presencian de manera súbita, pero también abre el espacio para explorar sus implicaciones filosóficas, conectando de cierto modo a la realidad sensible con lo inteligible.

Una de las preguntas fundamentales que podemos abordar desde la sensibilidad filosófica es: ¿qué es la música y por qué nos afecta de manera tan profunda? La música tiene el poder de evocar emociones, despertar recuerdos y generar
experiencias estéticas intensas. En este sentido, podemos preguntarnos sobre la naturaleza misma de la música: ¿es un lenguaje universal? ¿Es una forma decomunicación única? ¿Qué elementos de la música nos conmueven y por qué?

La sensibilidad musical no se limita solo a los músicos profesionales o a aquellos que tienen una formación formal en música. Todos podemos desarrollar nuestrasensibilidad musical y encontrar en ella una fuente de enriquecimiento personal. La música tiene el poder de tocarnos en lo más profundo de nuestro ser, de despertar nuestras emociones y de conectarnos con los demás. Nuestra sensibilidad nos permite ser receptivos a estos estímulos musicales, nos ayuda a abrirnos a nuevas experiencias y a disfrutar de la diversidad y la riqueza que la música puede ofrecer. No se trata solo de ser capaz de experimentar y apreciar las emociones que la música ha de despertar, sino también de desarrollar una capacidad de escucha activa y reflexiva. La sensibilidad implica estar atentos a los detalles y matices de la música, de comprender la estructura y el lenguaje musical, y de ser capaces de interpretar y analizar lo que podemos escuchar. A través de esta sensibilidad auditiva, podemos profundizar nuestra comprensión y disfrute de la música, y podemos también desarrollar una mayor capacidad crítica y discernimiento.

La sensibilidad en la música: La ausencia de sensibilidad emotiva.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora