Capitulo 1

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Cedric y Camille tocaban la puerta de mi departamento desesperados mientras Camille gritaba que era hora de salir de mi cueva. Termine de poner los últimos botones de mi blusa, agarre mi pelo en una cola alta y desalineada para después tomar mi bolsa de la mesa que habia en mi pequeña sala y salir con los gemelos. Cedric y Camille eran famosos entre la gente de parte del pueblo, solo por ser un reflejo del otro, de diferente género. Ambos castaños claros y de ojos miel, Camille, era la típica hermana linda de tu mejor amigo que sin duda te llevarías a la cama mientras tanto su hermano era ese que por más que trata, no te mirara ni por descuido, parecia egocéntrica y egoísta. . . . . . pero yo sabia que solo se hacia para atraer a las chicas de por ahí.

- Audrey y Kalet están esperando en el muelle. - Dijo la castaña dándome una toalla de baño.

Sonrei y le di una palmada en el hombro para tomar mi bicicleta y salir tras ellos rumbo al muelle del pueblo, la vista desde ahi era magnifica, podria dormir viendo un atardecer alli. Cuando llegamos dos chicos estaban sentados en una barda de cemento, con una cajetilla de cigarros entre ellos, la rubia, Audrey que llevaba un vestido azul que le había hecho yo misma, tenia un cigarillo en la mano mientras en su boca salia humo, poco a poco a desvanecerse; ya su lado estaba Kalet, pelinegro y amante de las playeras verdes, al escuchar el sonido de nuestros pasos giró su cabeza un poco para alcanzar a mirarnos y después lanzar una sonrisa discreta. Le dio un pequeño golpe con el codo a Audrey y dijo algo que no alcancé a escuchar.

Después de eso, ella con una de sus maniobras brinco la barda de un lado al otro y corrio a darle un abrazo de oso a Camille para a continuación darle uno a Cedric y al final, uno a mi, un poco más corto pero más cariñoso. . . . . . Se separo y me entrego un sobre con un sello de cera morada. Mi color favorito.

- Felices 22, Nara - Dijo la chica y me dio un beso en ambas mejillas.

- Gracias. - Dije y despues sonrei. Tome una canasta que llevaba en la parte de detrás de mi bicicleta e indique a todos que salgamos a la playa a comer.

Amaba pasar mi cumpleaños con ellos, tal como había pasado mi cumpleaños 15, el primero en Menton. Apenas éramos amigos pero planeamos una pequeña fiesta a la orilla del mar, un picnic con un pastel mal preparado por los gemelos, comida hecha por Kalet y Audrey que me regalaron una guitarra morada con flores al rededor. Sin duda fue la mejor manera de cumplir 15 y desde entonces, siempre fue así, un picnic a la orilla del mar, pastel de los gemelos, comida por Kalet y Audrey regalandome una pua y pidiendo que les toque una canción. Los adoraba.

Pasaron las horas y con ellas las risas, las historias, la comida, los juegos, los chistes y las canciones. Para eso ya era de noche y todo era silencio sin contar las olas ya Cedric que como siempre, nos contaba la misma historia de como me conocio. Un día común de escuela en el que una rara chica que jamás había visto, se le acerco a preguntar por como se decía algo.

- Hola, ¿eres de aquí? ¿Puedes ayudarme a traducir algo? - Pregunte.

- ¡Un alienígena! - Grito el niño y se tapo la cara con ambas manos. Río.

¿De qué se rie? - Me pregunté a mi misma - ¿Jamás escucho a alguien hablar griego?

El chico sigue riendose un buen rato hasta que despues saco un cuaderno con un lapiz de su mochila, escribe algo, borro, volvio a escribir y me lo entrego. Era griega perfecta, tenía una mejor ortografía que la mía.

"Tú eres de Grecia, ¿cierto? Puedo ser tu traductor si quieres, al menos hasta que aprendas algo de francés. Me llamo Cedric, un gusto niña rara."

Sonreí.

- Gracias.

De vuelta al presente, Cedric reía como aquella vez al ver mi cara cuando termino de contar su dramatización de la historia, me gustaba oírla, pero exageraba en que yo era una dama en apuros que lo busco por su hermosa cabellera castaña y sus irresistibles ojos. . Kalet rio también y por un momento todo desapareció menos eso, el sonido de su risa. Si esto era el paraíso no quería irme jamás, si él era un ángel, era mi ángel.

Dios mio. Era. Era.

Era tu mejor amigo, Nara. No podías enamorarte de tu mejor amigo, pedazo de idiota. Sacudí mi cabeza y le tome a mi agua antes de reposar mi cabeza en el hombro de Camille y suspirar, poso su mano en mi cabeza y la acaricio con suavidad antes de preguntarme algo con un tono bajo.

- ¿Quieres ir a casa ya? - Pregunto dejando mi vaso sobre la manta en la arena. Asentí y ella recostó mi cabeza en sus piernas. - Vámonos.

- ¿A qué te refieres con "Vámonos"? -Pregunto Kalet.

- Lo mismo que dijo - Menciono Audrey.

- Nara quiere irse ya, vámonos de aquí. - Levanto mi cabeza de sus piernas y me puso sobre su pecho.

Los otros tres se quedaron confundidos y mirándonos con cara de niños pequeños que habían perdido a sus padres en el centro comercial. Camille no protestaría más, había dicho vámonos y nos íbamos a ir, así era ella, terriblemente terca. Tomo los vasos de plástico y los puso en la canasta al igual que el resto de comida restante que había en moldes de plástico. Cerro la canasta y le grito a Cedric que saliera del agua para irme a dejar.

- ¡Oye tú! ¡Ya vamos, tenemos que dejar a Nara en casa! - Refunfuño la chica.

El salió del agua a regañadientes y secó con una toalla y después se puso su camiseta.

- ¿Te llevo a tu casa? - Gire mi cabeza para ver a Kalet que sonreía con dulzura. Asentí y él se levantó de la arena para estirarme su mano. - Vamos.

Le estire la mía y me tomo para levantarme y decirle a Camille que el me llevaría. Caminamos un poco hacia donde estaba su motocicleta y me dio el casco extra que siempre llevaba, morado, porque yo lo había elegido; lo tome con felicidad y me lo coloque en la cabeza para después subirme en la moto. Kalet hizo lo mismo y una vez arriba, arranco hacia mi casa que estaba algo cerca de donde estábamos.

Se estaciono frente a mi puerta y me dio una palmada en la pierna para que me bajara, cosa que hice. A continuación, Kalet igual bajo quitándose el casco y quitando el mío para después, depositar un beso cerca de mis labios y volver a subir al vehículo.

- Feliz cumpleaños, Nara - Dichas estas palabras, se fue y me dejo en la puerta de mi casa atónita.

¿Que habia pasado?


Nota de la autora:

¡Hola, estrellitas! Este es mi primer trabajo "oficial" así que espero que a las personitas que estén leyendo esto, les este gustando, pronto publicare la segunda y tercera parte de esta historia en pleno desarrollo.

L.fuera <3!

¿Te llevo a tu casa?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora