0 - Pocas pertenencias

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1 Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. 2 Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.

Génesis 22:1-2

16 MESES ANTES DEL RETIRO

Mi respiración es agitada, el vaho sale indicando las bajas temperaturas que este invierno trajo consigo. Me detengo en una esquina, inhalo aire y siento mis pulmones arder, mi condición física no es la mejor, y la adrenalina que siento correr por mis venas empeora mi sentir.

¿Estoy haciendo lo correcto?

Este invierno también me obsequió las agallas paras huir de mi padre.

¿Soy un mal hijo?

No lo sé, pero sé que él no es un buen padre.

Han pasado muchos años, los suficientes como para que mis piernas se volvieran delgadas y débiles, los suficientes como para que la situación colmara mi paciencia y me hiciera huir de la casa que durante tanto tiempo dejé de llamar hogar. Mis brazos se tornaron escuetos y sin fuerza desde que sólo consumo el mínimo alimento necesario para subsistir.

Mi complexión sigue siendo la misma, pero sé que me estoy desgastando, mi padre está corroyéndome. Y yo también lo he estado permitiendo, pero sé que los actos de mi padre no tienen justificación.

¿Este es el verdadero significado de Dios?

Cuando recobro energías, me dispongo a trotar nuevamente, pero hay algo que me detiene. Un sonido agudo y después un dolor inaguantable me hacen doblarme y caer al suelo. Tomo mi pierna y observo la sangre salir a borbotones y manchar mi pantalón de mezclilla.

Aterrorizado veo el charco de sangre que se hace sobre el frío concreto gris, hago una mueca para callar el grito adolorido que amenaza con salir de mi garganta, mi visión se nubla durante unos segundos y retengo todos mis sentires para no soltar ninguna lágrima.

Desde que el último retiro terminó hace unos días concluí que no volvería ahí nuevamente. Llegué a esa conclusión cuando fue el último día y sentí mi cuerpo más liviano y la cabeza más pesada que antes. Fue una difícil decisión, y sólo me motivó saber que mi futuro podría ser muy distinto que si no estuviera en la congregación bajo el yugo de mi padre y sus métodos soeces para alabar a Dios.

Por eso esta madrugada tomé mis pocas pertenencias y sin hacer mucho ruido salí por la puerta trasera, mis manos temblaban al cerrar la puerta con seguro, mi frente sudó y mis piernas fallaron durante unos segundos. Lo hice. Finalmente logré salir.

Por eso ahora el pánico me aborda cuando no puedo detener el sangrado, porque por fin logré huir, pero estoy desangrándome en la orilla de una calle alejada de la urbanización.

Me asusta más el hecho de que mi padre me encontró a morir desangrado.

Intento recobrar mi entereza, pero sé que estoy jodido. Cojeando y negándome a darme por vencido, camino lo más rápido que mis músculos engarrotados me permiten.

Voy dejando una estela de sangre a mi paso, observo a mí alrededor y entonces le veo, camina hacia mí y mis pasos desesperados no me permiten huir de él.

No sé qué sería más escandaloso en este pueblo, el hecho que el hijo del pastor muriera baleado o que el propio pastor lo asesinara.

Él no dice mucho, pero no paso desapercibido el arma que tiene enfundada en el bolsillo. Y contrario a lo que pensé, no me da miedo, preferiría que terminara de matarme aquí a tener que regresar con él a la iglesia.

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El cap cero mis corderitos <3<3<3<3

Cordero de Dios «YoonMin/JimSu»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora