XXII - Corintios 1:13

33 6 0
                                    

XXII 

Yoongi durmió profundo ese día, se cubrió bien con su manta y cayó exhausto. Ahora es de mañana y todavía no despierta, incluso lo escuché roncar suavemente un par de veces.

Guardé desayuno para él, nadie notó su ausencia, ni en el comedor, ni en los rezos matutinos en la capilla donde seguimos expiando nuestros pecados con un monólogo ensayado sobre la porquería que somos.

Después de los rezos, Kim Hajoon, al cual no puedo verlo directo a los ojos desde que me "bañó", nos dijo que ese día empezarían las terapias individuales con material audiovisual.

No entendía lo que se refería, sólo sé que después de la comida tenemos que ir a un aula de multimedios. O algo así. Seguiré el camino de los demás cuando sea la hora.

Me sorprende como los rayos de Sol impactando contra el rostro de Yoongi no pueden despertarlo, seguramente fueron días muy difíciles y cansados para él.

Suspiro y cierro mi biblia, no puedo concentrarme, estoy usando mi lectura como excusa para ocultar que no dejo de ver a Min Yoongi. Además, desde hace días no puedo hallarle sentido a las sagradas escrituras, no cuando están maltratándome en nombre de Dios.

Aunque... ¿Dios sigue siendo importante ahora? Ahora cuando todo está hecho mierda.

—¿Qué piensas? —me habla la adormilada y rasposa voz de Yoongi y repaso el lomo de mi antiguo testamento.

—En que mi biblia se está maltratando en este lugar tan húmedo —le enseño las hojas onduladas y observo sus ojos hinchados por recién despertar.

—Puedo darte la mía. La tengo de adorno —bosteza—. Hace bastante que no leo la biblia ni nada relacionado.

—Oh... —me apeno porque creo que Yoongi me ve como alguien insípido que sólo habla de la biblia. Y hasta cierto punto es cierto.

—¿Decepcionado? —se estira en la cama y talla su rostro.

—No, es sólo que pensé que el hijo del pastor sería un ávido lector de libros sacros —río y él también lo hace mientras niega—. Ya sabes, por mantener la imagen.

—Hace mucho que no leo la biblia por gusto. Sólo aparento. Hace años podría recitarte versículos kilométricos, hoy vagamente sé dónde hay ciertas citas.

Mi cara debió causarle risa porque se carcajea.

—Si te soy sincero —hablo más bajito, temiendo que alguien escuche fuera de estas cuatro paredes—. Últimamente sólo leo los versículos que me gustan.

—¡¿Qué?! —dice expresivo y sarcástico. Yo me avergüenzo—. ¿El intachable Park Jimin ha estado mintiendo sobre sus lecturas semanales de la biblia? Te creía más íntegro.

Junto mis manos, nervioso y abochornado.

—Oye, es broma —ríe cándido y me hace sonreír—. Sólo que pensé que tus viernes más alocados consistían en ti leyendo el Nuevo Testamento —lo callo aventándole mi almohada y Yoongi sigue riendo.

—No te burles de mí.

Nuestras risas se sosiegan y simplemente nos observamos sin palabras de por medio.

—¿Cómo están tus piernas? —veo sus extremidades menos hinchadas y Yoongi contesta un "Bien" claro.

—Estaban casi por reventar, gracias por cuidar de mí.

Asiento aunque eso no sea cien por ciento cierto.

—Sólo hice lo que cualquiera haría.

—No, hiciste lo que tú harías. Quién diría que aunque ya no leas la biblia sigues siendo buena persona —termina abruptamente su oración porque otra almohada impacta contra su rostro.

Cordero de Dios «YoonMin/JimSu»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora