𝘗𝘰𝘤𝘰 𝘱𝘳𝘰𝘧𝘦𝘴𝘪𝘰𝘯𝘢𝘭

II- Era olvidar no volver a hacerlo¡

Hizashi miraba silenciosamente a su amigo, lo conocía lo suficientemente para saber que algo lo había alterado. Y era extraño. Aizawa es una persona serena, que siempre andaba exhausto por el trabajo y que parecía cómodo con esa vida.

—Todo bien?— preguntó bebiendo el vaso de licor que sostenía.

—Si— una respuesta seca salió del pelinegro frunciendo aun mas su semblante.

Yamada no quería seguir así toda la noche, necesitaba sacarle algo de información—Quieres-

—No.

—Pero ni siquiera sabes lo que iva a decir.

—Igual, no me importa. Me dijiste que si aceptaba un trago no preguntarías nada.— refunfuñó oscureciendo mas su mirada en el rubio.

—Si, lo dije. Pero no pensé que tomaríamos mas de unos vasos— habló mirando las botellas de la mesa—o mas de una botella. Aizawa nada de esto es normal. Aceptar venir a un bar ya es de por si raro en ti. Que fue lo que pasó?

—No paso nada.

—No eres buen mentiroso. Te conozco desde la secundaria, acaso fue algún problema con ella?

—No es ella.

—Entonces?— el rubio vió como otra botella de whisky iva a acabarse así que lo alejó—Si no me dices, quemare ese saco amarillo donde duermes. Hablo en serio.—amenazó.

La cara de Aizawa se mostro aun mas seria. Esa bolsa de dormir era lo único que tenia para descansar tranquilo en el trabajo. Ser profesor y trabajar en un hospital no era tan sencillo.

—Simplemente cometí un error— habló arrastrando las palabras.

—Llamaste a tu ex-esposa el peor error de tu vida y ni siquiera por eso te vi tomar de tal forma.—Shota no dijo nada, le arranco el licor de la mano y se sirvió lo que quedaba. 

Hizashi supo que si quería respuestas tenia que llevarlo al limite. No había otra forma.

***

—Cariño todo bien?— la mujer inclinó su cabeza para hacer que los ojos de su hijo la miren. Estaba muy preocupada desde que lo vió entrar a casa sin su típica sonrisa.

Izuku esbozó una ligera mueca y luego se volvió a derrumbar sobre la mesa. Su plato de comida seguia intacto y ya se había enfriado.

—Mamá, que haces cuando cometiste un error pero no uno cualquiera, sino uno muy, pero muy, muy vergonzoso e incorrecto?— el peliverde levanta su cabeza esperando la respuesta de la mujer mas sabia que conoce.

—Bueno, todos cometemos errores y por mas vergonzosos o grandes que puedan ser, siempre hay una forma de afrontarlos y eso es, disculpándose.

—¿Que?

—Así es, por mas raro o vergonzoso que fue. Pedir disculpas luego de cometer un error es muy importante.

—Y si esa otra persona hizo algo peor luego de que hayas cometido ese error? 

La mujer frunció el ceño queriendo idear algo de lo que paso.—Bueno ... creo que es obvio que esa persona también debe disculparse y aun con mas razón, ya que dices que hizo algo peor— Izuku se puso a pensar.

—Ya veo— el menor vuelve a poner su cabeza sobre la mesa. 

—Acaso algo paso entre tu y Ochako-san?— la pregunta de su madre hace que sin querer voltee el tenedor de su plato algo nervioso. Había olvidado por completo aquel asunto. Que irónico.