⌕ taekook : ‹3 don't make me cry ✧ (꒪˙꒳˙꒪ )

여덟 jjk

nunca había estado tan nervioso de ir a la casa de alguien. bueno, las situaciones sociales siempre consiguen ponerme en alerta y alterar mi ansiedad, pero por mi carrera he aprendido mucho a como lidiar con ello. ahora, no sé si esto aplica cuando vas al departamento de la persona que te gusta con quien no tienes mucho tiempo llevándote bien.

me dijo que podía demorar un poco porque tenía prácticas y en cuanto salga iría directamente hacía su apartamento con la cena. me había invitado a comer y a ser mi audiencia para una exposición que tengo luego del fin de semana. quizás había llegado mucho antes o quizás no vendría porque prefirió hacer otra cosa, ¿o sí vendría? estoy sentado abrazando mis rodillas, mientras liberaba de mi mente todo pensamiento negativo acorde a mi inseguridad.

al levantar la mirada noté a taehyung vestido informalmente, con unas zapatillas deportivas y un buzo.

— pensé que no notarías que llegué. disculpa las fachas, no puedo salir con el uniforme médico y me sale más fácil vestirme deportivo.- extendió su mano hacía mi y la tomé muy nervioso, notando lo bonitas que son sus manos.- ¿te gusta la comida rápida? compré hamburguesas, nuggets, pollo de distintos tipos, papas, gaseosas... perdón, no sabía que te gustaba 

me causó mucha ternura escucharlo hablar tan rápida sin mirarme directamente mientras buscaba su tarjeta de acceso a pesar de tener las manos llenas de bolsas.

— dame, hyung. yo te ayudo.- me reí un poco antes de tomar las bolsas en mis manos mientras mi hyung ponía su tarjeta en aquel aparato que permitiría abrir el apartamento, luego de también poner su huella digital.- demasiada seguridad, pero supongo necesaria. espera aquí te traeré unas pantuflas.

taehyung quita sus zapatillas rapidamente e ingresa. al instante casi trae unos zapatos de andar por casa y mi pecho se calienta por verlo tan atento, ¿cómo podían juzgarlo tanto?

— uh, espera, te ayudo.- pensé que tomaría las bolsas, pero mis mejillas se calientan aún más cuando sentía sus dedos en mi tobillo, desatando los cordones de mis converse chuck 70.- no sabía que usabas plataformas por dentro.

— ¡solo son 3 cm! .- me avergonzaba mucho la posición en la que estamos, pero también me hacía ilusión todo este "boyfriend material" que estoy teniendo, que estoy pensando. la sensación cosquilleante de sus largos dedos y lo hogareño que se ve su departamento. lo bonito que se ve con el cabello despeinado, todo en él es perfecto.- 

— listo, koo. disculpa si te quedan un poco grandes, no espero visitas a menudo, por no decir que no espero visitas en general.- tomó las bolsas de mis manos y el roce de nuestros dedos causó un rubor en sus mejillas y en las mías también.

entré al departamento luego de cerrar la puerta y admiré el espacio, se veía moderno y con un toque artístico en los cuadros y decoraciones. mi ensoñación se detuvo cuando escuché ladridos, mirando al suelo me topé con una pequeña bola de pelos, aquella que ya había visto.

— ¡tan! es jungkook, no nos va a hacer daño. sentado.- el pequeño can se sentó, mirándome atentamente y sus cejas hacían que luzca enojado, pero tierno al mismo tiempo.- no muerde, te lo prometo. voy a poner la mesa, puedes sentarte en el sillón y ver televisión, o como te sientas cómodo.

— puedo ayudarte.- no espere respuesta y lo seguí hacía la mesada de la cocina donde están todas las bolsas.- ¿cómo te ha ido en tus prácticas, hyung?

— bien, me gustan mucho las prácticas en cuanto a la fisioterapia. así que tengo buenas notas y me la paso bien, ¿tú cómo vas con esa exposición? - me preguntó mientras tomaba los platos de la alacena y yo los acomodaba junto a unos vasos.

— oh, bien. ya tengo la información necesaria para mi informe periodístico, el tema lo conocerás cuando practique.

— es bonito escucharte hablar sin tartamudear y con más confianza.- sacó la comida de las bolsas y la iba acomodando. ese comentario me hizo avergonzar, tampoco sabía de donde saque este brote de confianza, pero lo agradecía.

— también es bonito escucharte hablar y verte sin el ceño fruncido.- el ceño fruncido volvió a aparecer en su rostro y me reí al verlo, dejó de darme miedo y lo veía muy lindo, ¿él me vería a mi de esa manera? — e-eh hyung?

— dime, te escucho.- me daba la espalda mientras seguía acomodando la comida y yo me sentí tan arrepentido de haber considerado hacerle tal pregunta que ronda por mi cabeza que preferí desviar la mirada.

— n-no, nada. olvídalo, t-tonterías mías.- jugar con mis dedos y a veces pellizcarlos o clavar mis uñas en ellos es algo que suelo hacer cuando estoy avergonzado o queriendo contener lo negativo que siento.

— uh, ¿y esa desconfianza? dime, kookie, ¿qué piensas? 

mis piernas temblaron cuando le escuché decirme de aquella forma adorable, kookie, así me decía mi abuelita cuando estaba viva. esa sensación cálida podía hacerme emocionar hasta las lágrimas, pero no quería llorar frente a él de nuevo, pensará que soy un niñato.

— ¿tú... tú crees q-que yo soy eh... b-bonito? - las palabras salieron estranguladas de mi garganta y me cubrí la cara con las manos de la aún mayor vergüenza que estoy pasando, me dabas ganas de tomar mis cosas e irme corriendo por donde vine.

el silencio me puso muy nervioso, podía tomarlo como un "no creo que seas bonito, pero no quiero herir tus sentimientos" oh, ¿por qué pregunté eso?

— ¿puedes mirarme? por favor.- la cercanía se mostraba en su voz, estaba al frente mío. con más razón no quería quitar mis manos, pero las suyas envolvieron mis muñecas y con tanta suavidad, las pusieron abajo.- yo pienso que eres más que bonito, no lo dudes, ¿sí? tampoco llores, me duele el pecho si lo haces.

— e-está bien. hyung, ¿dónde es el baño? quiero lavar mis manos.

— sígueme, también debo.- salimos de la cocina para llegar en pocos pasos al baño, que de igual manera se veía muy moderno.- las toallas están en el cajón de abajo.

mientras pongo jabón en mis manos solo podía sentir tanto. sentir felicidad por el momento e, sentir miedo de perderle, pero más que todo, sentir calma por saber que estoy con él y lo tengo a mi lado, al menos en este presente, y es lo más gratificante.