Depravity

15 3 0
                                    

⚠️Advertencia ⚠️
Este capítulo contiene Gore, sangre y contenido sensible

Sus garras cortaban patrones irregulares en su torso, solo para escuchar los gritos del hombre y a veces tapando la boca del otro para también apreciar el sonido de su piel siendo rasgada, que le llegaba a recordar su vida pasada cuando descuartizaba los cuerpos humanos en su sótano, cosa que le dio un hormigueo en la nuca.

El pelinegro sorpresivamente aún con energía seguía pataleando, logrando zafar una de sus piernas, impactando la cara del demonio. Sangre comenzó a escurrir de su nariz, lo menos que necesitaba en esos momentos era un derrame nasal estaba más que agotado de ellos y esto lo estresó bastante.

Tomó su pierna y con la garra de su pulgar atravesó el cartílago de su rotula, el otro comenzó a sollozar ya no podía aguantar más dolor, comenzó a desgarrar los tendones y tejido con ambas manos.

El ente de ojos rojos se dejó llevar, provocando lo que pudo prevenir desde el principio, ya había perdido el control, solo quería más sangre. Comenzó a quemar la articulación con sus manos, que gracias a su poder pudo calentar como si se trataran de fuego, cauterizando de pésima manera la reciente herida del hombre.

Comenzó a apreciar las diferentes marcas que habían dejado sus garras en el tórax del contrario, para decidir que extremo morder con la intención de medio desollarlo, jalando su piel con su hocico hasta desprenderla. Y así continuó hiriendo más su torso, brazos e incluso una parte de su cara, el pelinegro ya estaba en un punto de agonía y se estaba quedando sin voz por gritar los últimos minutos.

Pero todavía tenía algo de energía y era algo que el venado aprovecharía. Disfrutar sus últimos alaridos, por lo que atacó su otra pierna ahora clavando sus colmillos moviéndose con brusquedad para asegurar una amputación. El de ojos grises gritaba ya con la voz rota, su garganta ardía mucho.

Al mismo tiempo un chico que ponía gasolina a su auto, entró a la pequeña tienda que se encontraba en la misma zona.

-Disculpe.. -abrió la puerta del local- ¿Señor? -miraba al hombre que estaba más que dormido, por lo que azotó la puerta para despertarlo, cosa que consiguió, pero el hombre estaba algo exaltado

-Niño... -frotó sus parpados- sí rompiste la puerta tú la vas a pagar, ¿Qué quieres? -lo ve cansado

-Venía por unas sopas instantáne-

-En el último pasillo -se estiraba en su silla

-Gracias, pero... en realidad -se notaba el nerviosismo en sus palabras

-Oye solo has la compra y vete, no quiero socializar, quiero dormir -sonaba irritado

-Escuche gritos no muy lejos de aquí.. y mi móvil se quedó sin batería, ¿Puedo llamar al 911? -lo miró el hombre curioso

-Puede que sean solo adolecentes drogados..

-Puedo asegurarle que eran de dolor

-¿Dónde los oíste? -se levanta de su silla

-En los arboles

-Me vas a señalar exactamente por dónde ¿ok? -sacó un rifle de la pequeña bodega detrás de él- toma -le da su teléfono- llama, talvez sea alguien que fue atacado por algún animal...

El demonio seguía mordiendo la articulación, poniendo atención a los tejidos chocando entre sí con la sangre que derramaba su pierna, hasta que sintió como sí una liga gruesa se rompiese y ahí comenzó a jalar su extremidad para desprenderla.

El hombre ya estaba agotado llorando por piedad, cuando un disparo impacto el hombro del venado.

El flash del teléfono apenas podía aluzar la escena por lo alejados que estaban.

-¿Qué carajo es eso? -no dejaba de apuntar, y el venado al notar la compañía volteo sonriente a verlos

-Dispara.. -miraba aterrado al ser, aluzando al pasto viendo a aquel pelinegro al parecer muerto bañado en sangre

El hombre a su lado quedó atónito por la escena, pero disparó de nuevo a aquel alto venado de sonrisa amarilla.

Una y otra vez sonaban las descargas del arma de fuego, haciendo huir a Alastor. Ya no tenía energía para regenerar heridas de ese calibre por lo que no le quedó de otra más que salir de ahí.

Retomando conciencia de lo que había hecho, al final agradecía la bala que casi le destrozó el hombro, ya que lo ayudó a regresar de su estado en descontrol.

Caminaba cansado por la carretera, estaba a nada de desmallarse, pero sus amigos lo ayudaron a llegar discretamente al edificio donde se encontraba Valentino.

Estaba cubierto en sangre, tenía que tener cuidado de no manchar nada, sus amigos le ayudaron a cubrir las cámaras para poder llegar hasta a la residencia del moreno. Subió agotado al elevador, presionando su hombro para tratar de detener en lo posible el sangrado y con cuidado abrió la puerta tapándose la mano con una parte de su abrigo que todavía estaba limpia.

Una Cacería Más || Valastor short takeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora