Único

2.6K 222 25
                                    

El silencio que llenaba aquel apartamento era palpable, envolviendo las paredes en una atmósfera de vacío y soledad. Antes, solían resonar risas y conversaciones, pero ahora, el único sonido que interrumpía el silencio era el ocasional timbre del teléfono en la sala, que pasaba desapercibido para el muchacho en el sofá.

Su corazón aún temblaba con el eco de la angustia, sus ojos ardían con el recuerdo de las lágrimas derramadas, y su cuerpo clamaba por el consuelo del descanso. No entendía cómo su corazón podía seguir latiendo, cómo podía encontrar motivos para seguir adelante en medio de la devastación que lo consumía.

Jungkook no podía ocultar su dolor; estaba destrozado. La felicidad parecía un recuerdo lejano desde aquella fatídica ruptura amorosa. Hace apenas un año, era un hombre feliz, ilusionado, creyendo ciegamente en la autenticidad de cada caricia, risa y regalo íntimo compartido con su novio.

Pero ahora, todo en él era desolación. Sus empleados notaban el cambio en su actitud, percibían la sombra que se cernía sobre su semblante. Ahora, buscaba refugio en el vino, sumergiéndose en la embriaguez para adormecer el dolor que carcomía su alma. Si no fuera por aquel bondadoso señor que insistía en alimentarlo, probablemente ya habría sucumbido a la autodestrucción.

Su psicólogo, con voz compasiva, le instaba a desahogarse, a liberar el peso que oprimía su pecho, pero Jungkook apenas podía articular palabras entre sollozos. Por las noches, el insomnio se apoderaba de él, y desde la terraza, con la mirada perdida en la luna, imploraba clemencia al universo, mientras las lágrimas seguían brotando sin cesar.

Anhelaba desesperadamente arrancar el dolor de su corazón, desearía con todas sus fuerzas no haber conocido nunca a su exnovio, pero lamentablemente, el tiempo no se devolvía ni perdonaba. Pocos amigos se atrevían a visitarlo después de la ruptura, y su familia, en especial su madre, le suplicaba que encontrara fuerzas para combatir la oscuridad que amenazaba con consumirlo.

Recordaba con un dolor punzante que había sido un joven entregado a su relación con Jimin. Aunque no fuera su primer amor, era el más profundo, el más significativo. Jimin había sido su confidente, su cómplice, su todo. Fueron el arquetipo del amor de secundaria, aquel que creía en la eternidad de los votos de amor pronunciados en los pasillos del instituto.

En ese momento de desolación, Jungkook no podía imaginar su vida junto a nadie más que no fuera Jimin. Fue él quien le regaló a aquel cachorro llamado Bam, quien marcó su primera vez, quien compartió cada sueño y cada anhelo. Y aún resonaban en su mente las dolorosas palabras que Jimin le había lanzado como dagas durante su última pelea, palabras que perforaron su corazón y dejaron cicatrices imborrables en su alma herida.

[Memories]

Jimin y Jungkook están sentados en un banco del parque, el ambiente tenso entre ellos es palpable. Jungkook mira fijamente al suelo, con los ojos vidriosos, mientras Jimin muestra una expresión impasible.

-Jungkook, necesito que escuches algo y no va a ser fácil.

- ¿Qué pasa, Jimin? - Jungkook sentía su voz quebrarse después de que Jimin no quisiese decir que lo tenía tan distante, que abandonó el apartamento en el que ambos vivían.

- Esto ya no puede seguir así. Necesito ser honesto contigo. -En su tono de voz ya no habia compasión, miraba fríamente a Jungkook, aquello lastimaba más al chico.

- Por favor, Jimin, dime que no es lo que estoy pensando. - Más que suplicarle a su novio se suplicaba a sí mismo no pensar mal ante la situación que ponía el bajito.

- Lo siento, Jungkook, pero ya no puedo seguir fingiendo. No puedo seguir fingiendo que siento algo por ti cuando en realidad... en realidad ya no lo hago. - Jungkook siente que el mundo se derrumbara a su alrededor, las lágrimas amenazan con caer de sus ojos debido a la rudeza que estaba usando Jimin.

• Bulletproof Love - KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora