Capitulo III

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Los días siguientes fueron divertidos y agradables, Bruno nos contaba sobre sus aventuras que había tenido después de separarnos hace tiempo, lo había echado de menos puesto que además de mi hermano no tenía más amigos. Chris se encargaba de aislarme de todo ser humano que decidiera tener contacto conmigo, incluso de mi propio hermano, era un hombre cruel que no le temia a las consecuencias de sus actos pues creía que podía salirse con la suya, todo empeoro cuando Gabriela se dio cuenta del maltrato físico, pues ella al ser una mujer sádica sentía satisfacción al saber que mi vida era miserable, llegando al punto de comprometerme con Chris solo para aumentar el dinero en su cuenta y deshacerse de mi. Mateo cuando se dio cuenta de lo que pasaba decidió arreglar un plan para huir de ese destino cruel que nos quería someter, al ser menores de edad aun dependíamos legalmente de Gabriela y al pertenecer a una familia con dinero nos ignoraba la policía después de un soborno, por fortuna a mi hermano no le quedaba mucho tiempo para cumplir la mayoria de edad.

Disfrute cada momento que estaba con los chicos, sentir la brisa del aire y los cálidos rayos del sol, al ser una chica preparada para aparentar ser una muñequita de aparador la piel blanca como porcelana nunca había llegado a ser bronceada, esto para no ser "arruinada" por quemaduras es por ello que no pasaba tiempo bajo el sol, en cambio mi hermano que era un atleta lucia una hermosa piel bronceada que lo hacía ser más atractivo de lo que ya era.

Los días pasaron como agua y pronto el viernes por la noche llego. La familia Carter nos acompaño al aeropuerto y nos ayudo a hacer el chequeo de las maletas, nos despedimos con un fuerte abrazo y llanto, siempre estaría en deuda con ellos porque nos brindaron una seguridad que nunca creí que llegaría a tener. Subimos al avión después de un rato y tome la mano de mi hermano, estaba ansiosamente feliz, mateo estaba igual que yo

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Aterrizamos y bajamos del avión, nuevamente en la entrada había una persona entre la multitud con un cartel que tenía nuestros nombres, nos acercamos al hombre y nos presentamos

- Hola, mucho gusto, yo soy Mateo Harper y ella es mi hermana Samantha - sonreí a modo de confirmación mientras extendida la mano a modo de saludo

- Hola, yo soy Charlie Swan, soy parte de la policía en Forks y me llamaron para que pudiera venir a escoltarlos a su casa - respondió el señor haciendo un pequeño movimiento con su bigote, se veía agradable mientras estrechaba su mano con la mía

- Gracias y lamento el inconveniente, no tenemos carro ni familia por aquí por lo cual no sabemos como llegar - Dije con una sonrisa en mis labios

- No se preocupen, siempre es agradable ver nuevos rostros por aquí, de este lado síganme - el hombre comenzó a caminar hacia la salida y abrio la puerta de una patrulla - Adelante, suban en un par de horas estaremos en el pueblo.

El camino al pueblo estaba lleno de vegetación, bosque y montañas. Realmente estaba muy apartado y lejos de todo lo que conocíamos, era el lugar perfecto para comenzar
Un par de horas después y con las piernas dormidas por el viaje en avión y en coche llegamos a una modesta casa cerca del bosque.

-Bien, esta es la dirección que me dieron, si necesitan algo no duden en llamar, aunque es un pueblo pequeño no quiero que se pierdan, no intenten ingresar al bosque ustedes solos, hay una cafetería bajando por el camino y doblando a la izquierda y la preparatoria esta del lado contrario. Aquí hay un mapa que les puede ser de utilidad y aquí esta mi número. ¿Algo más que necesiten? - Dijo el señor Swan con sus manos en la cadera

-No oficial, muchas gracias por su ayuda - dijo Mateo mientras tomaba el mapa y el número, con solo asentir su cabeza el oficial se subió a su patrulla y se fue

- Hombre de pocas palabras - dije mientras veía el carro irse, ingresamos a la casa con la llave que nos dio Bruno en el aeropuerto y nos sorprendió encontrar un lugar ordenado y limpio, esperaba algo más polvoriento, en la mesa de la sala había una nota, comencé a leer en voz alta para que mateo escuchara desde el comedor

"Queridos chicos

Espero que el viaje haya sido de su agrado y se encuentren bien al llegar a casa, por ahora ustedes deben descansar y acomodar su nueva casa a su antojo, solo no hagan fiestas escandalosas qué ahora que lo pienso no hay vecinos que molestar. Disfruten el tiempo que decidan quedarse en forks, coman bien y diviertance, no olviden que aun son adolescentes, llenense de experiencias positivas y una qué otra experiencia amorosa, solo no se pasen y si, lo digo por ti Mateo. Ya esta todo arreglado para que el lunes comiencen sus clases, si creen que es muy pronto pueden ir a pedir plazo pero solo de una semana, para que no se atrasen.

Junto a la puerta que da al garage están las llaves de dos autos, ustedes deciden quien usa cual, hay comida enlatada en la despensa y ropa abrigada en cada una de sus habitaciones, el módem para el Internet está junto al televisor de la sala. Cuídense mucho mis amores, cualquier cosa no duden en comunicarse con nosotros.

Con amor; Sabina"

Mi corazón se sintió conmovida al leer las bonitas palabras que había escrito sabina, me hacían sentir afortunada de conocer a personas tan buenas como ellos que sin esperar algo a cambio decidían ayudar a dos adolescentes a escapar de su casa. Mateo estaba junto a mi con una lata de frutas a medio comer, mi sonrisa fue burlona al ver su mejilla gorda por acumular fruta qué masticaba poco a poco

- ¿Qué? Tengo hambre - dijo con una ceja levantada para después seguir comiendo, adoraba a mi hermano.

-¿Me enseñas a conducir? - dije aun con una sonrisa en mi rosto

-Por supuesto pequeño ratón, pero primero vamos a comer y después a desempacar para tener todo listo.

Me dirijo al módem del Internet y conecte mi nuevo celular para reproducir música, el ambiente se volvió fresco y acogedor, por primera vez sentía que tenía un hogar y esta vez mi propósito era ser feliz y no solo fingirlo.

Apariencias ||Edward Cullen||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora